El mal momento de Theresa May
La primera ministra del Reino Unido, Theresa May, pasó un muy mal rato. En pleno discurso en una conferencia del Partido Conservador un ataque de tos, un bromista y unos carteles que se cayeron le aguaron el discurso a la política británica. El objetivo de su intervención era reafirmar su autoridad ante sus coterráneos. Asimismo, pretendía usar la conferencia anual del Partido Conservador para unirlo y de paso aprovechar para erigirse como una persona con la capacidad política de lograr el Brexit (proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea) y mantener fuera al líder de los opositores laboristas, Jeremy Corbyn.
El discurso de la primera ministra fue interrumpido por el comediante británico Simon Brodkin. Este le entregó una carta P45, un documento que se les da a los trabajadores cuando terminan su jornada laboral. Lo gracioso es que el Brodkin usó en la firma del papel el nombre del ministro británico de Asuntos Exteriores, Boris Johnson. Para colmo de males, a Theresa May le dio un ataque de tos. Por eso tuvo que hacer varias pausas en su discurso. Hasta el ministro de Finanzas, Philip Hammond, tuvo que darle una pastilla y todo para calmar a su jefa.
Si la ocupante de la casa 10 de Downing Street no cree en la mala suerte o el karma, creo que a partir de ahora le prestará un poco más de atención a estas cosas. Cuando pasó de su ataque de tos y de la broma del comediante, se cayeron al piso algunas de las letras de los eslogans colgados en la parte de atrás del recinto.
Ante los desafortunados hechos de May, las redes sociales estallaron. En Twitter, por ejemplo, hubo usuarios que publicaron fotos de las palabras con letras faltantes para reírse de los conservadores. Uno de ellos escribió en esta red de microblogging que su pegamento estaba fallando incluso para mantener cohesionado al partido.
No obstante, la política británica de 61 años pudo terminar su intervención de una hora de duración. Igualmente, fue ovacionada en varios momentos de su discurso. Ella misma hizo de ese fatal día una broma al publicar en su cuenta en Twitter una imagen de pastillas y medicamentos para la tos junto a una copia en papel de su discurso y su maletín de primera ministra.
Su discurso buscaba ofrecer a activistas del partido una renovación de los valores conservadores, haciendo al mismo tiempo nuevas promesas a una generación más joven.
