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domingo, 8 de octubre de 2017

El museo del perfume cubano

Por Janet

Los museos son un lugar de relación profunda del hombre con sus obras a través del tiempo y del espacio; encuentro y comunicación con los objetos que son prueba de su existencia, de su capacidad creativa; muestra de lo que otros hombres produjeron, usaron o de donde se desenvolvió su accionar. A través de los testimonios tangibles en el museo se produce o debe producirse la reflexión sobre los conceptos, el espíritu que animó otras épocas. Considerados mayoritariamente como centros de esparcimiento y de conservación, ajenos a la actividad investigadora. El museo constituye un sistema de comunicación indirecta con el mundo, a través de las muestras y modelos de realidades naturales que allí se exponen.

Los museos exhiben colecciones, es decir, conjuntos de objetos e información que reflejan algún aspecto de la existencia humana o su entorno. El museo, por los objetos que alberga (fuentes de información), tiene la capacidad de establecer relaciones entre lo visible y lo invisible, entendiéndose por este último todo aquello que no solo está distante en el espacio, sino también en el tiempo o aún fuera de un flujo temporal espacial.

Los expertos afirman que el verdadero objetivo de los museos debe ser la divulgación de la cultura, la investigación, las publicaciones al respecto y las actividades educativas. Como toda organización, los museos deben tener unos objetivos claros y bien definidos. Estos objetivos a menudo vienen marcados por la política cultural de su área geográfica de influencia y por las intenciones del propio equipo gestor del museo.

La actividad de estas instituciones se encuentra ligada a su estructura arquitectónica. Los museos se hallan a menudo ubicados en edificios de vieja planta, que presentan particularidades arquitectónicas que dificultan o influyen en el discurso expositivo. En los museos de nueva planta, en cambio, los edificios están específicamente diseñados para la muestra y exhibición, facilitando a menudo la instalación de servicios complementarios (cafetería, guardarropa, accesos, etc.).

Estos edificios, deben ser sobre todo flexibles y extensibles, es decir, deben permitir futuras modificaciones y/o ampliaciones. Su ubicación, sea un edificio en el centro de la ciudad o un espacio en una zona rural, influirá a menudo sobre la cantidad y el tipo de público.

El museo del perfume, como bien se enuncia en los inicios de este trabajo, es una nueva instalación que la integran un museo de historia del perfume, un área para demostraciones, otro de aroma terapia, el Aroma Café y una boutique con esencias exclusivas.

Nuevos aromas ambientan el Centro Histórico de la ciudad tras la apertura de La Casa Cubana del Perfume, pequeño complejo, que incluye un museo sobre la historia de la perfumería cubana desde el siglo XVIII hasta la actualidad, recreada mediante una muestra de utensilios e instrumentos empleados en Cuba y en otros países en ese antiguo arte.

En la apertura de La Casa Cubana del Perfume, Eusebio Leal Spengler, Historiador de la ciudad, elogió el empeño mostrado por Suchel para preservar algunas partes de la antigua edificación, por ejemplo, las columnas de hierro.“Qué arte constructivo maravilloso el de cortar, prácticamente, un edificio y sostenerlo sobre columnas de hierro fundido”, enfatizó.

“Lo realizado por Suchel es una labor de imaginería, una vitrina para que lleguen a contemplarla miles de personas, de las que vienen a La habana Vieja, faro de esperanza de la restauración en una de las ciudades más bellas del mundo, que además del deleite del espíritu expresa la potencialidad económica, que supone la restauración”, añadió el Historiador de la Ciudad.

José García, director de la Unión Suchel, recordó que hace 20 años se inició una relación profesional entre la entidad que dirige y la Oficina del Historiador, con una pequeña instalación dedicada al museo de la perfumería en Cuba, donde también se comercializaban algunos de los productos. En su opinión aquella primera iniciativa pudiera considerarse el embrión de la actual cadena comercial de Habaguanex, que ahora de conjunto con Suchel se dedicará a comercializar las creaciones de La Casa Cubana del Perfume.

Ubicada en la calle Teniente Rey, número 13, entre Mercaderes y Oficios, en La Habana Vieja, y a cargo de la empresa Suchel Fragancia, la Casa tiene un área de demostraciones donde una perfumista con el instrumental necesario explica el proceso de preparación de un perfume, e incluso crea uno específico a solicitud del visitante, utilizando las técnicas más modernas.

En el Salón de Aroma terapia se aplican masajes con esencias olorosas para aliviar, por ejemplo, un dolor de cabeza o el cansancio; también se puede sedar a quien lo requiera y animar a alguien deprimido. En la boutique pueden adquirirse esencias únicas, concebidas por Suchel Fragancia, exclusivamente para la Casa, mientras en el Aroma Café, es posible degustar una infusión con aromas cubanos.

Soledad Guillarte, directora de la Casa Cubana del Perfume, explicó a Opciones, que aunque las narices (denominación de los inventores de fragancias) de la Isla han sido formados en prestigiosas casas de perfumes internacionales, sus creaciones llevan un sello característico, distintivo de cubanía.

Comentó que la industria cubana del perfume ha avanzado notablemente sobre todo a partir de 1959, anteriormente únicamente mezclaba los concentrados procedentes de otras naciones. En opinión de la Directora, la apertura de la Casa contribuye a la restauración en el Centro Histórico de la ciudad, y permite mostrar los avances de esa industria cubana en un sitio renovado que adiciona atractivos a la zona, de amplia concurrencia de visitantes extranjeros y nacionales.

El museo cuenta con dos áreas, la permanente y la transitoria, conforman el museo de La Casa Cubana del Perfume. En la primera se pueden observar los alambiques utilizados para destilar y obtener perfumes en las primeras industrias, y que actualmente están en desuso. Uno de ellos data de 1860 y el otro de 1920.

Le siguen varias vitrinas que exhiben materias vegetales utilizadas como fijadores y muestras de las diferentes etapas de la perfumería cubana, desde sus inicios en el siglo XVIII hasta la actualidad, explicó a este semanario la museóloga Careni Lorenzo, quien asegura que tienen muestra del agua de colonia más antigua del mundo, surgida en 1796, cuyo nombre es 4 711 y fue la preferida de Napoleón Bonaparte. Todos los productos expuestos en algún momento fueron fabricados, elaborados o envasados en Cuba.

Una de las vitrinas recuerda la perfumería europea del siglo XIX, a partir de las sucursales radicadas en La Habana. También se hace alusión a la simbiosis ocurrida en ese sector con la llegada a Cuba de los perfumes estadounidenses, los cuales compartieron espacios comerciales en el país con las sucursales francesas y españolas.

El museo del perfume o casa cubana del perfume, se encuentra según las clasificaciones de los museos, dentro de la categoría de Museos Monográficos, pues su cometido es divulgar y estudiar aquellos hechos socio-culturales más relevantes, de un pasado más o menos remoto, y que han sido de singularidad en el devenir histórico de una región o comunidad. De alguna forma se trata de rescatar y registrar aspectos culturales, las actividades cotidianas o hechos de una región para remarcarlos mediante la divulgación en estos centros.