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miércoles, 18 de octubre de 2017

El nombre de Portugal es “catástrofe”

Por Marta A.

En Estado de Catástrofe se ha declarado Portugal, que arde desde el pasado domingo, y cuyos incendios, no solo han devastado casi la mitad del norte de este país, sino también han dejado un saldo de al menos 38 muertos y 51 heridos, 15 en estado grave. Lo peor, dicen las autoridades, es que el número de víctimas podría continuar aumentando en las próximas horas. Cerca de 140 fuegos se mantienen activos hoy en la nación lusa, y aunque una cifra superior a los 5.500 operativos participan en las labores de extinción, el primer ministro de Portugal, en declaraciones a la prensa ha señalado la más grave de las preocupaciones, y es que no cuentan con bomberos suficientes para responder a todos los incidentes que surgen.

La amenaza, de dimensiones inestimadas, es lo que le ha permitido a esta nación, desde última hora del domingo, activar el Mecanismo Europeo de Protección Civil, mediante el cual pueden pedir ayuda a Estados miembros de la Unión Europea y a Marruecos. A lo largo del último y “caliente” verano, este mecanismo ya ha sido activado en más de una ocasión, pero si algo complejiza además el escenario, es que por primera vez España, la nación vecina, está inmersa en la lucha contra fuegos en su propio territorio, lo que sin dudas puede retardar la inmediatez de la respuesta comunitaria. Hasta la fecha, solamente Italia había ofrecido enviar ayuda.

Las evacuaciones de las poblaciones en todo el norte del país se han efectuado desde la ciudad norteña de Braga hasta las villas históricas de Óbidos y Mafra. Ni siquiera han escapado partes de la turísticas playas de Eiciera, Vierira, Tocha, Mira y Quiaios, donde personas también han sido evacuadas ante el constante avance de las llamas, que en varios sitios han llegado, desafiantes, hasta las orillas del Atlántico.

De acuerdo con las informaciones de la liga de Bomberos portugueses, entre las muertes confirmadas por los incendios figuran unas cinco personas que murieron calcinados en Oliveira do Hospital y otras cuatro que murieron en un barracón en Vouzela. Pero uno de los casos más tristes es el de una joven embarazada que falleció en un accidente tratando de escapar de las llamas en la autopista A-25, y además el de un bebé que ha muerto con apenas un mes de edad.

El clima de incertidumbre y desasosiego crece en la nación lusa casi al ritmo del mismo fuego. Los bomberos protestan por la falta no solo de apoyo sino de medios para combatir las llamas y han llegado a pedir directamente ayuda a los propios ciudadanos al no poder atender al mismo tiempo todos los frentes abiertos. Y para no sorprender, se repiten errores como los registrados en incendios anteriores, cuando ha fallado la comunicación entre quienes integran las labores de extinción en Coimbra, Guarda y Viseu.

La gestión gubernamental de los incendios es un foco que arde con igual fuerza en Portugal, pues con un saldo de más de 100 víctimas mortales en este verano en el país luso, la indignación ha ido en aumento, justamente con la gestión que las autoridades han hecho ante los reiterados incidentes. En la mirilla pública se encuentra, particularmente, la actuación de Constança Urbano de Sousa, la ministra de Administración Interna, quien es última responsable de esta cuestión en el país. No es la primera vez que se cuestiona su mandato, ya ocurrió en junio, cuando Portugal sufrió la muerte de unas 64 personas en el devastador incendio de Pedrógão Grande; y donde varias informaciones, así como un informe independiente presentado la pasada semana indica que muchas de estas muertes eran evitables, y que fue de hecho la falta de coordinación efectiva entre las autoridades responsables, lo que empeoró la situación, poniendo además vidas en riesgo.

Una historia que parece volver a repetirse. Al menos mucho ha dejado que desear, y las redes también se han incendiado por su causa, las declaraciones que ha hecho el primer ministro Costa, quien legos de cuestionar a la funcionaria, se ha mostrado desafiante ante los críticos, lanzando polémicas palabras que han sido interpretadas como poco solidarias con las víctimas de la tragedia.

Al preguntársele sobre el futuro de Urbano de Sousa, el jefe del Gobierno ha afirmado que si la ministra no contase con condiciones para seguir estando en su Ejecutivo, él no se mantendría junto a ella, y espetó que le resultaba algo muy infantil pensar que tienen que haber dimisiones debido a los incendios.

Para más habló de que los portugueses debían mostrarse "maduros" ante la situación, que “probablemente será de ese modo durante meses, o incluso años", y afirmó que los lusos estaban en un error si pensaban que había una "solución mágica" al problema.

El del secretario de Estado de Administración Interna, Jorge Gomes, no fue menos “elocuente” al afirmar que los portugueses tenían que "autoprotegerse" y dejar de depender, para salvarse, de las autoridades.

Arde Portugal, lo consume el fuego y unas cuantas políticas de calamidad atizan las llamas.