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miércoles, 4 de octubre de 2017

El referéndum que une a los musulmanes

Por erne91javier

Tal vez lo único favorable derivado del referendo independentista del Kurdistán iraquí consiste en que, como en pocas ocasiones, el mundo musulmán coincidió casi en pleno con un rechazo a la realización de esa consulta. La comunidad internacional y otros países del Medio Oriente como Turquía, Irán, Siria y Qatar incluyendo la Liga Árabe como organismo regional condenaron el ejercicio comicial del lunes último en la región autónoma kurdo-iraquí. Con excepción de Israel, que tiene sus razones para apoyar la creación de un Estado kurdo en Iraq, la inmensa mayoría de los Gobiernos de la región asegura que un Kurdistán soberano generará inestabilidad y caos en una zona de por sí ya convulsa.

El gobierno de Tel Aviv, sin embargo, ambiciona entre sus planes el desmembramiento iraquí para luego crear colonias a imagen y semejanza de los territorios ocupados a Palestina. Ganó el Sí, con 92 % de los votos emitidos por unos 3, 500 000 de kurdos convocados a las urnas y el presidente Masoud Barzani se apresuró a pedir respeto para los resultados de esa opinión masiva.

Con anterioridad, el jefe del Estado autónomo kurdo precisó que el plebiscito no significa una emancipación del gobierno central iraquí, sino un proceso para entrar en negociaciones. Empero, el primer ministro iraquí, Haidar al-Abadi, reiteró que no reconocerá los comicios kurdos y advirtió del uso de la fuerza militar, en caso de que hubiera violencia, es decir, que no intervendrá en diálogo alguno.

Kurdistán desapareció de los mapas en los años 20 del siglo pasado, después de desintegrado el imperio otomano y una distribución de países entre las potencias ganadoras de la Primera Guerra Mundial. Se trata de una nación con casi 50 millones de ciudadanos, aunque no hay un censo exacto, que se concentra en localidades de Turquía, Irán, Siria e Iraq. De ahí que haya otra preocupación, la posibilidad de que los kurdos repitan igual ejercicio comicial y se propicie la balcanización del Medio Oriente y sus alrededores.

Por tal motivo, Tel Aviv es un postor al acecho, a la espera de que a su principal adversario en la zona, Irán, lo rodeen Gobiernos poco amistosos y se cumpla aquello de que el enemigo de mi enemigo, es mi amigo. La región autónoma del Kurdistán ganó la apuesta del referendo. Sus siguientes pasos aclararán hacia dónde va, si a convertirse en un aliado israelí o da marcha atrás

Los kurdos son un pueblo históricamente acostumbrado a ser invisible; no suelen aparecer a menudo en los medios de comunicación de masas. Seguramente es el grupo étnico mayor del mundo que no tiene Estado, aunque está formado por 35 millones de personas distribuidas por Turquía (15 millones), Irán (10 millones), Irak (7 millones) y Siria (3 millones). Los kurdos iraquíes son quizás los más privilegiados de sus hermanos porque desde octubre de 1991 disfrutan de una verdadera autonomía política y económica vinculada a la venta del petróleo que brota bajo su suelo.

Es evidente que el Kurdistán iraquí no va a convertirse en breve en un territorio soberano primero porque la consulta celebrada no era vinculante y, sobre todo, porque la iniciativa carece del suficiente apoyo internacional. La meta aparente no era acelerar el proceso hacia una declaración de independencia como acallar a los disidentes y llevarles hacia una causa común. Sin embargo, "las consecuencias políticas de la votación, intencionadas o no, pueden ser profundas", estima Maria Fantappie, analista senior de la sección de Oriente Medio y el Magreb del International Crisis Group. Y es que los gobiernos de Teherán y Ankara han reaccionado de forma coordinada e indignada, no sólo con declaraciones de condena y rechazo sino realizando amenazantes maniobras militares en sus respectivas fronteras.

Bagdad aboga por la integridad del país invocando la Constitución y amenaza con cerrar los aeropuertos kurdos y decretar otras medidas coercitivas. El primer ministro de Irak, Haider Abadi; el presidente de Irán, Hasán Rohaní; y el de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, formaron un poderoso tridente al que se sumó Damasco. Las tres naciones sólo reconocerán un Irak unido, rechazando de plano cualquier procedimiento que implique la desintegración territorial.

Las intenciones secesionistas de los kurdos iraquíes sólo gozan del apoyo público de las autoridades de Israel. Los israelíes y kurdos han mantenido unas relaciones bilaterales histórica y discretamente cordiales, pero en concreto porque Israel, rodeado de enemigos árabes, necesita ganarse amigos en la región como agua de mayo Nadie más de la comunidad internacional ha visto el plebiscito con buenos ojos. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, es decir, los cinco grandes, lo calificaron de "riesgo desestabilizador para la región".

La idea no le gustó tampoco al siempre conciliador secretario general de la ONU, António Guterres, para quien el referéndum fue una distracción de otros temas relevantes como la derrota del Estado Islámico (la organización terrorista proscrita en Rusia y otros países), la reconstrucción de los territorios recuperados a los yihadistas y el retorno de miles de desplazados y refugiados. Incluso Estados Unidos, aliado natural de los kurdos iraquíes, mostró su "profunda decepción" ante la consulta.