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sábado, 28 de octubre de 2017

El Tratado de Libre Comercio de América del Norte sigue vivo

Por Mgo87

Del encuentro que sostuvieron los representantes de México, Canadá y Estados Unidos, países miembros del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, por sus siglas en inglés), algo quedó claro: las discusiones que decidirán si por fin el bloque pasará a mejor vida se postergarán hasta el primer trimestre de 2018. Esto no lo esperaba la Administración de Donald Trump, máxima impulsora de la idea de desintegrar este “equipo comercial”, y la cual esperaba concluir las negociaciones en el mes de diciembre. Sin embargo, esto no ha podido suceder, porque en tablero los otros dos grandes socios se han mantenido fuertes en sus posiciones, diametralmente opuestas a lo que maneja el gobierno de Washington, que quiere imponer condiciones preocupantes a México y Canadá.

Entre los requerimientos que quiere imponer Estados Unidos a los restantes miembros del Nafta, está incluir más contenido estadounidense en los coches para poder considerarlo como producto local, que el mecanismo de resolución de conflicto que existe hoy desaparezca y que cada cinco años termine el acuerdo termine de forma automática salvo que los socios firmen lo contrario. La renegociación del tratado de libre comercio comenzó en agosto en Washington, y luego celebró su segunda y tercera ronda en México y Canadá, respectivamente. Por estos días vuelve nuevamente a territorio estadounidense, donde han cobrado mayor fuerza los pedidos de la Administración de Donald Trump, inclinada a potenciar el proteccionismo en la economía de la gran potencia.

Estados Unidos, en el pasado mes de agosto, planteó a sus dos vecinos que la Nafta había fracasado para los estadounidenses y de que la reforma del acuerdo debería ser profunda para seguir perteneciendo a esta zona de libre comercio. A la defensiva estaban Canadá y sobre todo México, con una economía más dependiente de la de su más cercano vecino. Las condiciones que quiere imponer Estados Unidos, si se aplican, han sido consideradas como muy perjudiciales para la nación azteca, en especial la relacionada con la industria automovilística. Y es que la Casa Blanca persigue elevar el porcentaje de composición norteamericana (es decir, procedente de cualquiera de los tres países) en los vehículos del 62,5% actual hasta el 85%. Además, el 50% los materiales tienen que ser exclusivamente de factorías estadounidenses.

Pero no solamente México y Canadá han ofrecido resistencia a la hora de negociar las nuevas reglas del juego. Las intenciones de Trump en relación al Nafta han sido criticadas dentro de su propio país, ya que alrededor de 300 empresas estadounidenses enviaron la semana pasada una carta a la Casa Blanca, en la cual exigían al gobierno mantener el Nafta. Los medios de comunicación también se han unido a esta cruzada contra Trump. Un editorial de The Wall Street Journal, considerada como la biblia de los negocios en Estados Unidos, decía que la muerte del pacto podría ser el mayor error económico desde que Nixon quebró Bretton Woods e impuso controles de precios y sueldos.

Nuevamente las cartas de los tres países han sido puestas sobre la mesa, a instancias de Estados Unidos, y nuevamente el saldo de las conversaciones ha sido ambiguo, sin ningún resultado claro ni preciso. En tanto, muchos siguen rezando porque no llegue el momento en que algún socio (presumiblemente Estados Unidos), abandone la mesa y los tres países vuelvan a regirse por el marco general de la Organización Mundial del Comercio, con el retorno de los aranceles.