Estados Unidos, el muro, y la historia de nunca acabar
Desde que era candidato a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump insistió en que construiría un gran muro en la frontera con México, algo que causó no pocas críticas y polémica, incluso el rechazo por parte del gobierno mexicano. Una vez instalado en la Casa Blanca, una de las primeras órdenes ejecutivas que firmó fue para concretar su promesa, a pesar de que el rechazo a la idea continuaba creciendo. En breve, podremos saber cómo podría lucir el muro de la discordia, puesto que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) anunció que ya empezó la construcción de ocho prototipos del muro, cuatro de los cuales serán de concreto y cuatro de “otros materiales”.
La edificación está a cargo de seis empresas, y cada modelo de pruebas tendrá un costo de 450 000 dólares, que será financiado con fondos federales, provenientes de los contribuyentes. Desde el comienzo de sus promesas, Trump inisitió en que México pagaría la estructura, que debe recorrer unos 3.100 kilómetros de frontera. No obstante, el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, ha dicho que no lo hará.
Por ahora, solo se conocen algunas características de los prototipos. Los llamados muros de prueba de concreto y los de “otros materiales” medirán entre 5 y 9 metros de alto, y aproximadamente 9 de ancho. Los prototipos serán instalados en San Diego, en el estado de California. De acuerdo con el corresponsal de BBC en Los Ángeles, algunos trabajadores ya empezaron a romper el terreno en una zona rodeada de una malla metálica en Otay Mesa, uno de los tres puertos de entrada a la región metropolitana de San Diego-Tijuana.
Se ha informado que los modelos estarán construidos en un plazo de un mes. Luego, pasarán otros tres meses para que los expertos prueben la resistencia y la impermeabilidad de las paredes. El proyecto final del muro incluirá sensores y cámaras.
La construcción del muro en California tiene una fuerte oposición institucional. Más allá de las declaraciones políticas, el Estado mismo ha presentado una demanda en los tribunales para tratar de conseguir la detención provisional de los trabajos. Por su parte, el Ayuntamiento de Los Ángeles exige a los contratistas que revelen si tienen algo que ver con el muro. El Ayuntamiento de San Diego, en manos republicanas, aprobó una declaración institucional en la que se oponía a la construcción del muro.
Trump aún no ha conseguido que el Congreso le apruebe los fondos necesarios para cumplir su gran eslogan de campaña, cuyo coste total se estima en 22 000 millones de dólares. Por el momento, la Cámara de Representantes ha aprobado 1 600 millones de dólares para la etapa inicial, pero todavía eso no ha sido ratificado por el Senado, donde tiene menos simpatías. Estos prototipos son vistos como el único paso que, por el momento, puede ir dando el presidente para cumplir con su promesa.
Casi una tercera parte de la frontera entre los dos países ya está cubierta por algún tipo de muro o valla, que se comenzaron a colocar durante el gobierno de Bill Clinton en 1994, y se continuaron con más fuerza durante el gobierno de George W. Bush (hijo).
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