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domingo, 1 de octubre de 2017

Estados Unidos expande su veto migratorio

Por Yamy

El gobierno de Estados Unidos agregó a su lista de prohibición de entrada al país a personas de Corea del Norte, Venezuela y Chad. Según indica la Casa Blanca, esta modificación se justifica por los problemas de inseguridad y la falta de cooperación que tienen los gobiernos de esas naciones con las autoridades estadounidenses. En total suman ocho los países en la fatídica nómina y la mayoría siguen siendo musulmanes. La nueva medida se trata de una especie de decreto que es de obligatorio cumplimiento en la Administración. Y aunque su base es legal, algunos expertos la califican de inconstitucional porque impone un tratamiento diferenciado y discriminatorio a las personas de varios países, sobre todo a los de origen musulmán.

A partir del próximo 18 de octubre se hará vigente la medida que restringirá el acceso de determinados ciudadanos a Estados Unidos. Washington impuso una prohibición total de viajes a los ciudadanos de Corea del Norte y Chad, mientras que para Venezuela las restricciones se limitarán, hasta ahora, solo para funcionarios que trabajan para agencias gubernamentales, y, además, será extensible para sus familiares.

Mientras tanto, Sudán, uno de los seis países mayoritariamente musulmanes que se encontraban en la lista original del presidente Donald Trump, fue recientemente eliminado; de ese modo, en la nómina de restricción solo figuran ocho naciones con impedimento total o parcial de viajar a Estados Unidos. Los demás países que se incluyen en el listado prohibitivo son Irán, Libia, Siria, Somalia y Yemen, además de los mencionados Corea del Norte, Chad y Venezuela.

En su alocución, el presidente estadounidense, Donald Trump, afirmó este domingo que la seguridad de Estados Unidos de América es la prioridad número uno para su gobierno, y por tanto no van a admitir en su país a personas que no se puedan investigar de manera segura. Esta medida forma parte de un grupo de acciones encaminadas a mejorar las capacidades y los procesos de vigilancia que existen para detectar el intento de entrada de terroristas, además de otras amenazas que comprometan la seguridad pública.

De acuerdo con diferentes medios, hace pocos días funcionarios del gobierno de Estados Unidos habían anticipado que el presidente Donald Trump podría incluir a nuevos países en la lista de prohibición de ingreso al país norteamericano, como parte de un controvertido decreto antiinmigración que expiraba este 24 de septiembre, y que tras cinco meses de litigios ante los tribunales, a finales del pasado mes de junio había entrado en vigor una versión corregida del decreto original sobre la prohibición de viajes.

Aunque no fue adelantado quiénes estarían incluidos en la orden ejecutiva, el viernes pasado, funcionarios de la Casa Blanca y del Departamento de Seguridad Interior habían señalado que tenían identificados a un número de países que no pueden o no quieren someterse a los controles de seguridad que el gobierno estadounidense exige para ingresar a su territorio. Este y otros antecedentes sugirieron que probablemente la lista sería renovada, o quizás vendrían nuevas sanciones o medidas.

A inicios de este año, el mandatario republicano, Donald Trump, había señalado que se necesitaba de un período de 90 días de prohibición de ingreso a Estados Unidos para personas provenientes de seis naciones de mayoría musulmana (Siria, Libia, Irán, Sudán, Somalia y Yemen), y de la misma forma 120 días de prohibición de ingreso de refugiados de cualquier origen con el fin de definir nuevos filtros de admisión a su país.

Luego, este viernes que pasó, los funcionarios estadounidenses indicaron que en breve un nuevo decreto presidencial pondría en marcha un grupo de medidas que serían desde controles más estrictos, como pedir el acceso a teléfonos celulares o a cuentas en las redes sociales, hasta una prohibición pura y simple.

La asesora del Departamento de Seguridad Interior, Miles Taylor, explicó que el objetivo de las medidas no es impedir de manera definitiva que viajeros de ciertos países viajen a Estados Unidos, pero que por encima de todo se impone proteger a los ciudadanos estadounidenses hasta que los gobiernos extranjeros se “plieguen” a sus demandas de controlar el acceso y no planteen más riesgos para la seguridad de la nación norteamericana.

La restricción para Venezuela se justifica porque el gobierno de Nicolás Maduro ha fallado en compartir de forma adecuada información sobre seguridad pública y terrorismo, y no ha cooperado plenamente en las órdenes de expulsión de sus ciudadanos. Por tanto, los venezolanos que viajen a Estados Unidos podrían ser sometidos a medidas adicionales para comprobar que la información del viajero esté debidamente actualizada. De forma explícita la medida será efectiva para los funcionarios de los ministerios del Poder Popular para Relaciones Interiores, Justicia y Paz; el Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (SAIME); el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas; el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) y el ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores, además de sus familiares más cercanos, a quienes se les suspenderán las visas de negocios B-1 y turista B-2.