Estadounidenses, el Obamacare ha muerto
“Muerta” y “desaparecida”; fueron algunas de las críticas palabras con las cuales el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se refirió a la reforma de salud de su país conocida como Obamacare, y que el Partido Republicano ha tratado de abolir, sin éxito, durante los siete años de su existencia.
Firmada por Barack Obama en 2010, si bien no resuelve todos los problemas de la atención sanitaria, ha representado un alivio para millones de personas, que por primera vez tuvieron acceso a seguros médicos.
En declaraciones a los periodistas en la Casa Blanca, Trump aseguró que trabajaría para bajar los precios de los medicamentos recetados, que se encuentran entre los más costosos del mundo, aunque no ofreció detalles sobre cómo planeaba hacer eso. La semana pasada, el presidente republicano dijo que detendría los pagos federales de subsidio de Obamacare a las aseguradoras, que están diseñadas para asistir a las personas de bajos ingresos para que puedan pagar su seguro médico.
Mientras tanto, varios demócratas y algunos republicanos han insistido en que la decisión de Trump de cancelar los pagos perjudicaría a las personas pobres y de clase media y elevaría las primas. Los procuradores generales demócratas de 18 estados, así como Washington, D.C., presentaron una demanda en un tribunal federal de California el viernes para preservar los pagos, en lo que constituye otro ejemplo de las contradicciones del sistema político estadounidense, entre el poder federal y la autonomía de los poderes estaduales.
Durante su campaña presidencial de 2016, Trump se comprometió a eliminar el Obamacare, cuyo nombre oficial es Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible, pero sus colegas republicanos en el Congreso no han podido aprobar legislación para reemplazarla por un programa de salud más limitado. Quienes critican la ley aseguran que es intrusiva e ineficaz; los defensores aseveran que extendió el seguro médico a millones de estadounidenses.
Trump está alentando una decisión bipartidista a corto plazo. No obstante, el Congreso ya está lidiando con una agenda abarrotada que incluye la aprobación de los presupuestos, la reforma fiscal, y el pago por los esfuerzos de ayuda por los incendios forestales en California, así como los huracanes que afectaron a Texas, Florida Puerto Rico.
