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martes, 31 de octubre de 2017

Houston está lleno de Astros

Por Aliet Arzola

La personalidad magnética de José Altuve y Carlos Correa, la mística del cubano Yuli Gurriel, y la sangre fría de los norteños Dallas Keuchel, Justin Verlander y Brian McCann ha moldeado a los Astros de Houston durante la temporada del 2017, esa que ya pasará a la historia de la franquicia, pues en ella consiguieron ganar su primer partido en Serie Mundial.

Tal vez al final de la contienda esta semana, los Astros no terminen en lo más alto celebrando con champagne en los camerinos, pero aun así su recorrido en el presente año será recordado en base al sabor que puso la novena en el circuito beisbolero de Estados Unidos. Des de hace un par de años se viene hablando de la estelar generación que se ha reunido en Houston, moldeada por la mano del gerente general Jeff Luhnow y el tino de la dirección de la franquicia en la selección de las primeras rondas del Draft en los inicios de la presente década. Por esa vía consiguieron hacerse con figuras prometedoras como el puertorriqueño Carlos Correa, el explosivo jardinero George Springer o el estelar zurdo Dallas Keuchel, ganador del premio Cy Young en el 2015.

A esa clase se unieron otras puntas de lanza como el venezolano José Altuve, un pelotero sobrenatural, con una capacidad de batear impresionante pese a su pequeña estatura. El camarero ha pegado más de 200 jits y robado al menos 32 bases en cada una de las últimas cuatro temporadas, rendimiento que lo ubican con el intermedista más consistente en términos ofensivos en todo el circuito profesional de Estados Unidos. Como es lógico, junto a las grandes estrellas se han establecido jugadores complementarios de enorme calidad, los cuales han alcanzado un nivel cualitativo espectacular. Marwin González, Alex Bregman, Yuli Gurriel, Brian McCann y Josh Reddick establecen el equilibrio, pero con un equilibrio por encima de la media que ubica a los Astros con la mayor cantidad de carreras anotadas en el 2017 y la segunda cifra más significativa de jonrones, solo superados por los Baby Bombers e Nueva York.

A todo esto, hay que sumar los movimientos de la gerencia para cubrir los puntos más flojos, ya sea en la agencia libre o en el mercado de cambios, vía por la que reforzaron su bullpen, por ejemplo, con el cerrador Ken Giles, o la rotación de abridores, con el estelar Justin Verlander, un verdadero caballo de batalla en pleitos decisivos. Pero lo más importante ha sido que todos los elementos han cumplido con las expectativas y no se han quedado en meras promesas. Correa ha bateado como si no hubiera un mañana, confirmado que sus cualidades de novato no eran solo un espejismo, al igual que Springer, un toletero de poder y defensor de altura en el jardín central. Además, Alex Bregman ha pasado de ser un prospecto estrella a una luminaria de la Gran Carpa con su rendimiento parejo, mientras el cubano Gurriel se ha adaptado muy bien al cambio luego de una década jugando en Cuba. Todos ellos han sido Astros, y como tal han brillado.