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lunes, 16 de octubre de 2017

La Antártida pierde a los pingüinos Adelaida

Por Eme

Hace cuatro años una población de más de 40 mil pingüinos en la Antártida se quedaba sin crías debido a las duras condiciones ambientales. Esta vez, la misma colonia de pingüinos, vuelve a sufrir una catastrófica perdida, similar a la primera, pues solo han sobrevivido dos crías. Se supone que la presencia de más hielo que lo habitual haya demorado la búsqueda de alimento por sus padres.

Las crías han muerto en la espera de alimentos.

Es la segunda temporada catastrófica para los pingüinos del sur en cinco años, dijeron científicos franceses al Fondo Mundial para la Naturaleza. Estos franceses monitorean el número de pingüinos en Adelaida del este y han visto como la población decae, y más si sucesos como estos son cada vez más cercanos en tiempo. Varias organizaciones ambientalistas están pidiendo que se tomen medidas urgentes para que se protejan estas aves en la Antártida, y la principal de estas medidas sería prohibir la pesca en la zona, en especial del kril, alimento básico para los pingüinos. 

Con sobre población de este crustáceo, los padres de las crías no tendrían que ir tan lejos en busca de comida para la sobrevivencia de sus hijos, y ya se sabe lo difícil que es que se reproduzcan. Esta especie de pingüinos tan solo ponen dos huevos, a veces uno, y los padres se turnan para cuidarlos y buscar alimentos. Estos pingüinos son los que más al sur viven del planeta, en en un clima sumamente hostil, y se reproducen solo entre octubre y febrero.

Los progenitores tienden a recorrer largas distancias en busca de alimentos. En ocasiones, superan los 120 kilómetros, y a su regreso ya han perdido a sus polluelos. Las medidas exigidas para su protección hacen que la Unión Europea y la Comisión de Conservación para los recursos vivos de la Antártica de Australia (con pleno poder en el sitio de las pérdidas) tomen cartas en el asunto y decidan proteger la zona y restringir la pesca, como se está exigiendo, y así los pingüinos no tendrían más competencia que los depredadores naturales marinos.

 

Y es que en el caso de los pingüinos, son los humanos los que entorpecen el desarrollo de estos animales, que además sufren el injusto cambio climático.