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martes, 31 de octubre de 2017

La enredada trama de la campaña electoral estadounidense del 2016

Por Verónika Lorient

A más de nueve meses de que Donald Trump asumiera la presidencia de Estados Unidos, aun está en la palestra el tema sobre conspiración contra el norteño país durante la campaña presidencial del jefe de Estado número 45 de esa nación. Lo último que se conoció fue que un gran jurado federal acusó a Paul Manafort, uno de los directores de la campaña de Trump, por ese mismo delito.

Manafort se declara inocente, mientras siguen apareciendo culpables como el empresario Rick Gates y George Papadopoulos, quien fuera el consejero de política exterior de Trump durante la contienda electoral, aunque este último si se declaró culpable de mentir sobre sus lazos con Rusia.

Manafort y Gates enfrentan 12 cargos, entre los que se encuentran también el de conspiración para lavar dinero, ser agente no registrado de una autoridad extranjera, declaraciones falsas y no presentación de informes de bancos extranjeros y cuentas financieras. Como ya decía, ambos se declararon inocentes ante una corte federal de Washington DC., luego de haberse presentado ante el FBI, Buró de Investigaciones Federales; pero eso no los libra de ser los primeros en enfrentar la justicia como parte de la investigación sobre la posible interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales de Estados Unidos el pasado año, a pesar de que sus cargos no están vinculados directamente con su trabajo en ese ejercicio. Por su lado, Papadopoulos confesó haber mantenido conversaciones con un profesor anónimo vinculado a Moscú, quien ofrecía datos sobre Hillary Clinton, rival en los comicios del actual primer mandatario estadounidense. A raíz del delito de Papadopoulos el FBI no pudo continuar con la investigación sobre la existencia de vínculos o coordinación entre individuos asociados con la campaña y los supuestos esfuerzos del gobierno ruso para interferir con las elecciones presidenciales de Estados Unidos en el 2016.

La acusación de Paul Manafort y Rick Gates está relacionada con el trabajo realizado por ellos en nombre de un partido político ucraniano, el cual, según el fiscal especial del FBI, Robert Mueller, les habría pagado decenas de millones de dólares que luego lavaron para ocultarlos de la justicia norteamericana. Esas acusaciones vienen siendo los primeros hilos encontrados de la investigación secreta que realiza un gran jurado federal presidido por Mueller sobre la supuesta complicidad del Kremlin en los comicios.

Este tipo de jurados, conformado por fiscales y otros ciudadanos, no determinan la culpabilidad o la inocencia sobre los casos que investigan sino si existen evidencias suficiente para iniciar un juicio, emitir una citación para que una persona testifique o entregue documentación acerca de un caso.