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viernes, 6 de octubre de 2017

La guerra fría se juega en el ciberespacio

Por LisyFa

Los escándalos sobre espionaje y secretos cibernéticos suceden cada vez con mayor frecuencia. El tema se ha vuelto tan común en medio informativos que las noticias ya casi no nos sorprenden, aunque cuando involucran a potencias como Estados Unidos y Rusia debemos prestar atención por las implicaciones que ello podría tener para el resto de la comunidad internacional. De acuerdo con una información divulgada este jueves por el diario The Wall Street Journal, un grupo de hackers respaldados por el gobierno ruso robaron secretos cibernéticos estadounidenses altamente clasificados en 2015 de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés).

El presunto robo, denunciado en el diario por funcionarios gubernamentales bajo la condición de anonimato, incluyó información sobre la penetración de las redes informáticas extranjeras y la protección contra ataques cibernéticos, y es probable que sea vista como una de las brechas de seguridad más significativas hasta la fecha. La NSA se negó a comentar, citando la política de la agencia de “nunca comentar sobre nuestros afiliados o asuntos de personal”.

De confirmarse los hechos, este hack marcaría la última de una serie de infracciones de datos clasificados de la secreta agencia de inteligencia, incluyendo las fugas de datos de 2013 sobre los programas de vigilancia clasificados de los Estados Unidos por el contratista Edward Snowden.

El senador republicano estadounidense Ben Sasse, miembro del Comité de Servicios Armados del Senado, dijo en un comunicado que, de ser cierto, los detalles del informe eran alarmantes. “La NSA necesita sacar su cabeza de la arena y resolver su problema”, dijo Sasse. “Rusia es un claro adversario en el ciberespacio y no podemos permitirnos estas lesiones auto-infligidas”.

El informe podría aumentar la tensión sobre las afirmaciones de que hay actualmente un aumento en la piratería de objetivos estadounidenses por parte de los rusos, incluyendo la supuesta injerencia de Moscú en las últimas elecciones presidenciales. Según las acusaciones, los rusos entraron a las computadoras del Partido Demócrata, en un intento por influir en el resultado de los comicios de 2016 a favor de republicanos Donald Trump.

The Wall Street Journal también informó que el contratista que filtró esta vez los datos utilizó un software antivirus de Kaspersky Lab, con sede en Moscú, y dijo que los hackers rusos podrían haber utilizado ese programa para identificar y apuntar los archivos. Los productos de Kaspersky fueron prohibidos en las redes del gobierno de Estados Unidos el mes pasado debido a sospechas que ayudan al Kremlin a conducir redes de espionaje.

Por su parte, esa firma ha negado rotundamente esas acusaciones, al tiempo que emitió una declaración el jueves diciendo que es la víctima en este caso, puesto que se encuentra atrapada en medio de una pelea geopolítica. “Kaspersky Lab no ha recibido ninguna evidencia que acredite la participación de la compañía en el presunto incidente reportado por el Wall Street Journal”, dijo.

El pasado 13 de septiembre el Departamento de Seguridad Nacional prohibió los productos de Kaspersky en redes federales; mientras, el Senado de Estados Unidos aprobó un proyecto de ley para prohibir su uso por el gobierno federal, citando las preocupaciones de que la compañía puede ser un peón del Kremlin y plantea un riesgo para la seguridad nacional.

James Lewis, experto cibernético del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, con sede en Washington, dijo que el informe de la violación denunciado por The Wall Street Journal parece ser creíble, aunque no tiene información de primera mano sobre lo que puede haber ocurrido. Asimismo, agregó que las agencias de inteligencia han considerado a los productos Kaspersky como una fuente de riesgo durante años. Una vez más, Rusia y la NSA de Estados Unidos involucrados en un escándalo de este tipo.