La huelga de las piernas cruzadas en Kenia
Las mujeres de una ciudad keniana decretaron hoy paro sexual hasta tanto el actual presidente, Uhuru Kenyatta, sea reelecto en la convocatoria comicial señalada para el próximo día 26. "Hasta que se conozca la victoria en los comicios del presidente Kenyatta nos declaramos en huelga de intercambio sexual", dijeron en rueda de prensa las féminas en edad de merecer en la ciudad de Nyeri. Ninguna representación masculina se ha pronunciado al respecto, aunque es de suponer que exista malestar por la decisión de las mujeres, la cual, en la práctica liga la política con el sexo, en un hecho hasta ahora inédito. La táctica fue anunciada en las vísperas de la anterior convocatoria a las urnas, ganada por Kenyatta por una diferencia superior al millón de votos, anulada por decisión del Tribunal Supremo.
Esos comicios penden de un delgado hilo debido a la abstención de Raila Odinga, principal contrincante del mandatario, que impugnó los resultados de la consulta aduciendo manipulación fraudulenta de los datos y obtuvo una sentencia favorable, pero ha aumentado sus exigencias: deposición y arresto de los miembros de la directiva de la Comisión Electoral y la abrogación de la Lay Electoral. La negativa del Poder Judicial a satisfacer sus exigencias provocó que el aspirante anunciara su abstención y llamara a sus seguidores a protestas callejeras el próximo día 26, día señalado para la convocatoria.
El presidente Kenyatta declaró que la conducta de su rival obedece a la certeza de que perderá en la votación y desplegó un numeroso contingente militar para reprimir las protestas opositoras. De su lado, la CNE anunció que la votación se realizará y los tribunales fallaron que en la lista de candidatos a las próximas elecciones pueden aparecer otros aspirantes a despecho de sus resultados en la consulta anterior, decisión que les confiere cierta validez.
Las féminas tomaron ejemplo de a las mujeres de Sirktoy, una localidad de la sureña provincia turca de Antalya, que en 2001 decidieron hacer un "boicot sexual" a sus maridos para lograr que éstos traigan agua a sus hogares. Hartas de cargar durante años con pesados baldes de agua, las campesinas decretaron que no tendrían relaciones sexuales con sus maridos hasta lograr su objetivo. Tan peculiar boicot llamó la atención de las autoridades, que se comprometieron oficialmente a resolver el problema mediante la construcción de ocho kilómetros de tuberías para traer agua hasta Sirktoy desde un río cercano.
La inusual medida comenzó cuando Fatma Sari, de 63 años, le dijo al gobernador de Antalya, de visita en la localidad, que las mujeres de Sirktoy no practicarían el sexo con sus maridos hasta que el agua no llegase a sus casas. Lo que al principio parecía una broma llevó finalmente al gobernador a declarar que se construirán los ocho kilómetros de tuberías, al tiempo que añadió que "los hombres de Sirktov han prometido trabajar día y noche para acelerar la solución del problema del agua".
Una huelga sexual, huelga de sexo, huelga de piernas cruzadas o boicot sexual, es una huelga en la que una o varias personas de distinto sexo, generalmente mujeres, se abstienen de mantener relaciones sexuales con sus cónyuges o parejas para alcanzar ciertos objetivos políticos o sociales. Sobre este tipo de huelgas de las que se tiene noticia han sido realizadas por mujeres que han negado a sus compañeros o maridos la práctica de relaciones sexuales con el objeto de presionar para la resolución de un conflicto, lograr una reivindicación o conseguir la paz en una guerra.
