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domingo, 1 de octubre de 2017

La “línea” del ex presidente guatemalteco

Por LauraB

La corrupción no tiene límites. Los corruptos tampoco. Cualquier escenario es ideal para estafar ya sea a una compañía o un país. De todas las historias que he escuchado me llamó la atención del caso del ex presidente de Guatemala Otto Pérez Molina. Junto a la que era su vicepresidenta Roxana Baldetti usaron una línea telefónica para cometer delitos de contrabando y evasión de impuestos. Varios de su gabinete estaba envueltos en las actividades ilícitas hace dos años, tal y como definieron las investigaciones al respecto. En 2015 el caso salió a la luz pública cuando la Fiscalía y la Comisión Internacional Contra la Im­punidad en Guatemala (CICIG) denunciaron la corrupción.

 

La Línea de Pérez Molina, Baldetti y el resto de los implicados obligó al presidente a renunciar de muy mala gana porque él seguía diciendo que no tenía nada que ver. Los investigadores y fiscales señalaron ahora que ellos se embolsaron cerca de 4 millones de dólares en un periodo comprendido entre el mes de mayo del año 2014 y abril de 2015. Es por ello que en estos momentos están esperando ser condenados por el caso conocido públicamente como La Línea. Este es solo un ejemplo de cómo la corrupción, la evasión de impuestos de los más ricos, gobernantes que deben dar el ejemplo, se ha convertido en un cáncer en muchos países latinoamericanos y caribeños.

Como si no bastara, el actual presidente de Guatemala, Jimmy Morales, entrara en careo con un representante de la CICIG. Este es un organismo de las Naciones Unidas con potestad de fiscal internacional. El particular es que se ajusta a las leyes de la nación centroamericana para poder llevar a cabo su labor. Hace una década firmó un acuerdo con el gobierno de Guatemala para realizar su trabajo.

Al parecer Morales quiere echar del país a la citada comisión. Este outsider de la política guatemalteca se hizo con la presidencia por el descontento popular con los partidos tradicionales. Cuando nadie le tomaba por serio, Morales es un comediante profesional, este llegó con el eslogan de “ni corrupto, ni ladrón”. Eso para desmarcarse de los políticos conservadores acostumbrados, como Pérez Molina y compañía, a meter las manos en el erario público.

La relación con el CICIG y Morales se deterioró porque un allegado al presidente fue imputado por la comisión ante supuestos vínculos desapariciones forzadas. También la comisión internacional dijo que el gobernante no había declarado financiamiento de su partido político. Es más, al parecer Morales tendrá su propia “Línea”, ya que la CICIG lo acusó a inicios de este año de que su hijo y hermano estaban implicados en fraude y lavado de dinero.