La malnutrición infantil invade Damasco
Las consecuencias de la guerra siria están dejando a miles de niños sirios bajo condiciones de malnutrición extrema según han informado diversas organizaciones humanitarias. La falta de suministros y la llegada del invierno amenazan la vida de miles de pequeños sobre los que no llega ni ayuda ni asistencia. Según los datos ofrecidos por UNICEF, por lo menos, 1200 niños de la zona sufren malnutrición y hasta 1500 están en riesgo. El conflicto se está cebando con ellos que “están pagando un alto precio” por una batalla “que no tiene nada que ver” con ellos.
Las imágenes que llegan desde Siria desgarran el corazón. Damasco se ha convertido en la zona del país más afectada para la infancia en el conflicto. La localidad de Ghuta Oriental, situada en las afueras de Damasco, ha marcado un antes y un después a la hora de denunciar los casos de malnutrición que allí se están dando. Las fotografías de niños en los huesos han sobrecogido a la sociedad sobre la que quieren concienciar las distintas organizaciones humanitarias desplegadas en la zona. Sí, Damasco se muere de hambre y sus niños son los primeros. La extrema malnutrición ha llegado a la zona. El conflicto armado se ha cobrado sus principales víctimas en la sociedad civil y, dentro de ella, los niños han sido los más desfavorecidos.
Desde el Programa Mundial de Alimentos (PMA) se ha enviado un comunicado para pedir, cuanto antes, un acceso “incondicional” y “seguro” al lugar. Decenas de miles de personas carecen de asistencia y ayuda humanitaria en la zona donde el PMA entró por última vez en septiembre de este año. Pero su actuación solo pudo sirvió para repartir ayuda entre 70 mil de los 400 mil habitantes.
Para el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la cifra de niños de Ghuta Oriental que sufren malnutrición se sitúa, al menos, en 1200. Además, otros 1.500 estarían en riesgo, que se agravará con la llegada del invierno a la zona. “Están pagando un alto precio por un conflicto con el que no tienen nada que ver”, asegura el pediatra Amani Balour.
Y es que la situación en Ghuta Oriental cada día empeora más. La falta de suministros ha disparado los precios y comprar comida se vuelve una tarea muy complicada y costosa. Por el momento, las familias siguen dependiendo de las cosechas que tuvieron durante la temporada estival y de las raciones que los grupos opositores se encargan de distribuir.
