La mano del hombre destroza Galicia
El número de fallecidos por los incendios que desde el pasado viernes se han propagado en Galicia asciende a cuatro mientras que se confirma que el origen del fuego fue provocado. Vecinos fuera de sus casas, hogares destruidos, coches calcinados y paisajes naturales que tardarán mucho tiempo en recuperarse ha sido el resultado de hasta 125 focos que, de manera simultánea, han arrasado el noroeste de España. La bajada de las temperaturas y la lluvia han contribuido a apaciguar levemente la situación, crítica para el otoño gallego.
Una lucha sin control donde la naturaleza juega ventaja. Así ha sido y es la situación en Galicia donde la mano del hombre ha creado la peor de las pesadillas para los vecinos de la zona. Hasta 125 focos incendiarios que se han desarrollado de manera simultánea han llevado la desgracia, la tristeza y la pérdida a la comunidad gallega. Cuatro personas han perdido la vida tratando de huir de las llamas o luchando contra ellas. Cuatro fallecidos por el fuego que este lunes se confirmó que fue provocado aunque, por el momento, no hay ningún detenido. Desde la Xunta de Galicia se pide la colaboración ciudadana para reconocer al culpable y hacerle pagar por lo sucedido.
“Esto no ha sucedido por casualidad”, decía el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en su visita al sur de Pontevedra donde pudo comprobar las tristes consecuencias de las llamas. Coches y casas calcinadas, vecinos fuera de sus hogares y hectáreas y hectáreas de terreno arrasadas. Años y años de espera hasta que vuelvan a ser lo que fueron y parajes de elevada carga ambiental sepultados a meras cenizas. El Parque Natural de Peneda-Xurés, O Courel o Os Ancares tardarán, y mucho, en recuperar sus verdes parajes debido a este “terrorismo incendiario” como calificaba el presidente de la Xunta, Nuñez Feijóo, lo ocurrido. Aseguró que detrás de todo “hay una intención de hacer daño” porque “Galicia no arde sola, la queman”. Unas declaraciones que tanto a la oposición como a los grupos ecologistas les quedan pequeñas y recuerdan la política forestal de los últimos años como consecuencia de lo ocurrido.
Pero, por desgracia, este otoño no es solo Galicia quien arde. Una treintena de incendios afectan también a Asturias y el humo de ambas comunidades no ha tardado en llegar a las provincias de Salamanca, Zamora, León y las costas cántabras.
