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domingo, 29 de octubre de 2017

La obesidad en el mundo ataca a los más pequeños

Por ElizabethF.

Si en 1975, el número de niños y adolescentes obesos en todo el planeta era de unos 11 millones, hoy esta cifra, de forma alarmante, se ha multiplicado por 10, llegando a crecer hasta los 124 millones en el año 2016, de acuerdo con las estadísticas disponibles en un estudio dirigido por el Imperial College de Londres y la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre esta problemática de salud. Las conclusiones de la investigación, publicada en la revista The Lancet, son tajantes. De mantenerse estas tendencias actuales, para el año 2022 existirán más jóvenes en el mundo con obesidad que con bajo peso. Y en esa ecuación catastrófica, son los más pequeños uno de los grupos más vulnerables. Las cifras más recientes, recogidas por la mencionada revista, dan cuenta del incremento considerable de la obesidad infantil ocurrido en los últimos 40 años. Para tener una idea, la tasa creció de menos del 1 % (igual a cinco millones de niñas y seis millones de niños) en el año 1975, hasta casi el 6 % en las niñas ( unos 50 millones) y casi el 8 % en los niños (unos 74 millones) en 2016.

Este estudio, que se publicó apenas un mes antes del Día Mundial de la Obesidad, fecha que se celebra cada 12 de noviembre, tuvo como propósito analizar tanto el peso como la estatura de casi 130 millones de personas mayores de cinco años de edad – divididos en 31,5 millones de 5 a 19 años y otros 97,4 millones de 20 años o más–, lo cual convierte esta investigación en el estudio epidemiológico más alto número de participantes.

Asimismo, los resultados obtenidos subrayan que el número de personas obesas entre los 5 y 19 años de edad se acrecentó más de diez veces en el orbe, pasando de 11 millones en la década de los años 70 a la peligrosa cifra de 124 millones el año pasado. En tanto, otros 213 millones de ciudadanos se registraron con sobrepeso en el 2016, pero en un rango todavía por debajo del umbral de la obesidad.

Simplemente, en los últimos cuarenta años, las tasas de obesidad en niños y adolescentes se han disparado, dice uno de los autores principales del trabajo e investigador del Imperial College de Londres, Majid Ezzati.

Y como si no fuese ya suficientemente preocupante, es evidente como los números continúan aumentando en aquellos países de ingresos bajos y medios; porque si bien los niveles de obesidad siguen siendo inaceptables por lo elevado que están, recientemente, presentan una ligera estabilidad en los países de mayores ingresos, agregó Ezzati.

Pero, de acuerdo con los autores, debemos leer lo que estas cifras nos dicen a todas luces, en tanto dichas tendencias no hacen más que reflejar el impacto que la comercialización de determinados productos ha tenido en todo el mundo, donde muchos de los alimentos nutritivos saludables son demasiado caros para que las comunidades pobres accedan a los mismos.

Ese escenario predice algo preocupante, una generación de niños y adolescentes obesos que tendrán además sobreañadido un mayor riesgo de enfermedades, como puede ser la diabetes. “Se necesitan no solo alimentos saludables y nutritivos, sino que estos estén más disponibles en espacios como el hogar y la escuela, así como que existan tanto regulaciones como impuestos para proteger a los más pequeños, de la comida chatarra”, dijo el investigador.

Si un elemento positivo puede señalarse, es que el estudio sale a la luz en un contexto en el que muchos gobiernos comienzan finalmente a implementar distintas acciones encaminadas a frenar la epidemia de obesidad, como pueden ser los impuestos a las bebidas azucaradas –una política que, insistieron los expertos, está demostrando ser eficaz para mejorar las dietas–.

Estamos en niveles críticos, dijo por su parte el embajador de la OMS para las enfermedades no transmisibles, Michael R. Bloomberg, respecto a la obesidad. El resultado no es más favorable, pues ello supone un terrible “crecimiento del sufrimiento humano y que se disparen los costos económicos de atender esta patología”, afirmó.

Al desglosar las cifras por países, puede apreciarse que en regiones como Asia Oriental la tasa de obesidad infantil y adolescente se ha acelerado notablemente. Los números más altos los exhibía Polinesia y Micronesia seguidos por Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, Irlanda y el Reino Unido.

En el caso de España, en cuanto al índice de masa corporal (IMC), si en 1975 la media del IMC de los jóvenes estudiados era de 18,80 para los varones y de 18,57 para las mujeres, ya para 2016 estas tasas crecieron hasta alcanzar un 20,13 y un 20,03, respectivamente. No obstante, los valores continúan moviéndose en un rango de peso normal.

Pero, si algo dejaron claro en el estudio los autores, es que los datos pueden ser peores, si no tomamos conciencia que el momento de actuar y ponerle límites a una epidemia mucho más peligrosa que tener libras extras, es ahora.