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sábado, 21 de octubre de 2017

La obesidad y la niñez, una relación cada vez más estrecha

Por erne91javier

Los niños y adolescentes con obesidad se han multiplicado por diez en las últimas cuatro décadas, mientras el bajo peso en la población infantil continúa siendo alarmante, especialmente en el sur de Asia. Estas son las conclusiones de un reciente estudio dedicado al análisis global de tendencias en obesidad infantil y adolescente, realizado en 200 países, que publica la revista especializada The Lancet. La investigación incluye además datos no examinados con anterioridad sobre la media del índice de masa corporal y el bajo peso en pequeños por encima de los cinco años hasta los diecinueve. En concreto, desde 1975 a 2016 las niñas con obesidad pasaron a ser de cinco a cincuenta millones.

En el caso de los niños, y en ese mismo transcurso de tiempo, la cifra incrementó de seis a 74 millones, precisan. Llevado a cabo por el Imperial College London y la Organización Mundial de la Salud, el estudio señala de manera alarmante que en ciertas islas de Polinesia la tasa de obesidad supera el 30 por ciento de esta parte de la población. En Estados Unidos, ejemplifica, este porcentaje está cerca del 20 por ciento, al igual que en algunas naciones de Oriente Medio y el norte de África como Egipto, Kuwait, Qatar y Arabia Saudita. De los altos porcentajes tampoco escapa la región del Caribe, en especial la isla de Puerto Rico. En todo el mundo, en 2016, había 124 millones de niños y adolescentes obesos y 213 millones con sobrepeso, advierte la publicación. Según los datos expuestos, la prevalencia global aumentó del 0,7 al 5,6 por ciento para las niñas y del 0,9 al 7,8 por ciento para los niños. Las tasas de obesidad infantil y adolescente han aumentado significativamente en las últimas cuatro décadas en la mayoría de los países del mundo, alertó Jame Bentham, de la Universidad británica de Kent, uno de los autores. Para la presidenta de la Asociación Europea para el Estudio de la Obesidad (EASO), Nathalie Farpour-Lambert, la obesidad infantil es uno de los mayores desafíos de la salud en el siglo XXI. En Europa, subrayó, entre el 19 y el 49 por ciento de los niños y entre el 18 al 43 de las niñas tiene sobrepeso u obesidad, lo que representa aproximadamente entre 12 y 16 millones de jóvenes afectados, alertó.

El sobrepeso y la obesidad tienen repercusiones no solo en la salud física de los afectados, sino también en su bienestar emocional, un problema que se ve agravado si los que lo sufren son niños o adolescentes, ya que los menores con un exceso de peso considerable tienen cuatro veces más riesgo de tener depresión al llegar a adultos, según otra investigación realizada por el Centro Médico de la Universidad Libre de Ámsterdam. Entre las posibles causas que se asocian al desarrollo de este trastorno se encuentran la falta de autoestima derivada de no cumplir con el canon de belleza estipulado por la sociedad que hace mella en la psicología de los niños. Los autores de este trabajo querían demostrar que el sobrepeso en edades tempranas hace que los pacientes sean más proclives a desarrollar depresión a lo largo de su vida. Para confirmar esta hipótesis obtuvieron los datos de 889 personas que participaron en un estudio en Reikiavik (Islandia) que analizó, desde 1967, el estado de salud de los ciudadanos que habían nacido entre 1907 y 1935, y que a día de hoy tienen de media 75 años.Para sacar conclusiones se tuvo en cuenta el Índice de Masa Corporal (IMC) del grupo durante la infancia, entre los 8 y los 13 años, y a los 50 años. Estos datos se relacionaron con las respuestas que estas mismas personas dieron a los cuestionarios en los que se les preguntaba por su estado psicológico, haciendo hincapié en la posible presencia de depresión.

Obesidad infantil es asociada a mayor riesgo de depresión en la vida adulta. Todos y cada uno de los casos de depresión que se registraron fueron 39, y la evidencia final a la que llegaron los investigadores fue que la probabilidad de sufrir este trastorno se multiplica por cuatro en los individuos que han tenido obesidad infantil, en comparación con aquellos que presentaron un IMC normal en la infancia y sobrepeso en la fase adulta. Aunque ya existían estudios sobre la relación entre obesidad y depresión, solo se habían realizado en adultos, mientras que este ha sido el primero que se ha centrado en los menores.