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martes, 17 de octubre de 2017

La polución camino a la escuela: daños al aprendizaje de los niños

Por Marta A.

Cada día miles de niños que asisten a las escuelas, y se trasladan hasta sus centros escolares a pie están expuestos a la polución atmosférica. Dicho así sonaría preocupante, pero es que el asunto pasa al plano de la alarma si tenemos en cuenta que ello significa perjuicios en su memoria de trabajo. Así lo ha demostrado un estudio liderado por científicos españoles, en el cual los expertos destacan que el estar expuestos durante un corto tiempo a concentraciones sumamente elevadas de contaminantes como puede ser el carbono negro, pueden ocasionar sobre las personas impactos en la salud considerablemente altos, especialmente en los niños, pues los menores tienen una menor capacidad pulmonar y una mayor frecuencia respiratoria, ha afirmado Mar Álvarez-Pedrerol, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio.

La investigación, que estuvo dirigida por el Instituto de Salud Global de Barcelona –una institución impulsada por la Fundación Bancaria “la Caixa”–, ha evidenciado que la contaminación atmosférica a la cual están expuestos los niños en su trayecto diario a la escuela, puede provocar severos daños en su desarrollo cognitivo, como es una reducción de la memoria de trabajo a causa de partículas como el PM2.5 (partículas en suspensión de menos de 2,5 micras, y que son procedentes de los vehículos diesel) y el carbono negro.

Publicado recientemente en la revista Environmental Pollution, el trabajo investigativo en cuestión ha sido realizado como parte del proyecto BREATHE, el que ya con antelación había dado cuenta de que la exposición a contaminantes procedentes del tráfico hacia la escuela está asociada con una disminución del desarrollo cognitivo.

El equipo, en este caso, buscó evaluar el impacto de la contaminación que los pequeños reciben cuando van caminando al colegio, ya que un estudio previo había llegado a la conclusión de que el 20 % de la dosis de carbono negro —uno de los mayores contaminantes directamente asociados al tráfico— a la que se exponen los menores cada día, ocurre justamente durante sus desplazamientos urbanos.

Más de 1200 niños y niñas, de entre 7 y 10 años, provenientes de 39 escuelas de Barcelona, que de manera cotidiana realizaban el desplazamiento hasta el colegio a pie, participaron en la investigación. Todos los pequeños fueron sometidos a diversos tests durante un año para evaluar de esa manera la evolución de la memoria de trabajo así como de la capacidad de atención de los infantes, en tanto la exposición a la contaminación atmosférica se calculó a partir de estimaciones con relación a la ruta más corta entre el domicilio y la escuela.

Los autores del estudio sostienen que en modo alguno desean transmitir la idea de que ir caminando al colegio es perjudicial para la salud de los niños, sino todo lo contrario: desplazarse, ya sea a pie o en bicicleta, les permite a los menores integrar la actividad física en la rutina del día a día y les ofrece beneficios para la salud muy superiores a los perjuicios causados por la polución atmosférica”.

Tampoco quiere decir que a estos daños solo estén expuestos aquellos niños que van a la escuela caminando. Aquellos que viajan en coche o en transporte público están recibiendo también dosis altas de contaminación. En todo caso en lo que sí nos pone a pensar esta investigación, la primera que vincula contaminación con el desarrollo cognitivo, es que es hora de implementar medidas y soluciones prácticas. No vendría mal reducir el uso del vehículo privado para ir al colegio y crear caminos escolares mucho menos contaminados y con mayor seguridad. A fin de cuentas, está en juego la salud de nuestros niños.