Enviar por email

tu nombre: email destino: mensaje:
Nombre de Usuario: Email: Contraseña: Confirmar Contraseña:
Entra con
Confirmando registro ...

Edita tu perfil:

Usuario:
País: Población: Provincia:
Género: Cumpleaños:
Email: Web:
Como te describes:
Contraseña: Nueva contraseña: Repite contraseña:

viernes, 6 de octubre de 2017

Las 'mulas' del narcotráfico mexicano

Por DianaLeon

A lo largo de todo México se han documentado los casos de 13 mil féminas presas por ser 'mulas' del narcotráfico, según datos de la organización Equis Justicia para las Mujeres. El término 'mula' se emplea para referirse a una persona usada por los cárteles para trasladar la droga de un lugar a otro. La investigadora Corina Giacomello, del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), explica que ese es uno de los sistemas de coerción más utilizados para involucrar a las mujeres en el crimen organizado. Las mujeres que se quedan atrapadas en delitos vinculados con las drogas son por lo general, los eslabones más bajos de la cadena delictiva. Pocas alcanzan lugares de mando porque estas mayormente son organizaciones patriarcales, jerárquicas y machistas.

El narcotráfico es sostenido por una inmensa red de falta de escrúpulos, interés, dependencia, extorsión y opresión. En esa inmensa tela se ven envueltas miles de mujeres. A lo largo de todo México se han documentado los casos de 13 mil féminas presas por ser 'mulas' del narcotráfico, según datos de la organización Equis Justicia para las Mujeres. El término 'mula' se emplea para referirse a una persona usada por los cárteles para trasladar la droga de un lugar a otro.

Tal es el caso de Rosa, que cuenta a Rusia Today su historia. Es una mujer indígena que fue enganchada al narcotráfico por su marido, quien le pedía que trasladara la cocaína "por el bien de su familia", como él hacía. Rosa explica que a ella siempre le enseñaron a obedecer a su marido, es por ello que se convirtió en 'mula' o 'correo humano'. Actualmente Rosa está presa en el reclusorio femenil de Tanivet, en el estado de Oaxaca. Su pareja la involucró en este "negocio" de transportación de estupefacientes para pagar deudas económicas.

La investigadora Corina Giacomello, del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), explica que ese es uno de los sistemas de coerción más utilizados para involucrar a las mujeres en el crimen organizado. En estos casos la coerción es muy sutil, la especialista explica que no les tienen que poner una pistola en la cabeza, pues en relaciones de género desiguales, con que la persona dominante diga "hazlo" o "es por el bien de nuestros hijos", la parte subordinada acatará la orden.

Como en el caso de Rosa, muchas de las personas que se son llevadas a esto tienen otra condición de vulnerabilidad: la pobreza y las difíciles condiciones de vida. Por ejemplo, solamente en Oaxaca, donde vive Rosa, casi 3 millones de personas, que representan el 70 por ciento de la población estatal, sobreviven en situación de pobreza, según datos del Consejo Nacional de Evaluación, encargado de medir el desarrollo social del país.

Pero la situación no acaba ahí, para aquellas mujeres que enfrentan la prisión, el asunto continúa complicándose. Actualmente Rosa se encuentra en una cárcel que apenas llega a 6 puntos de calificación, en una escala de 10. Ella y el resto de las reclusas padecen la insuficiencia en los programas para la prevención y atención de incidentes violentos y la ausencia de acciones para prevenir la violación de derechos humanos. Además, de una alimentación deficiente, según indica el Diagnóstico de Supervisión Penitenciaria 2016, elaborado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México.

Las mujeres que se quedan atrapadas en delitos vinculados con las drogas son por lo general, los eslabones más bajos de la cadena delictiva. Pocas alcanzan lugares de mando porque estas mayormente son organizaciones patriarcales, jerárquicas y machistas.

Otra de las aristas del narcotráfico en el que se ven atrapadas las mujeres es que se convierten en mulas sin saberlo. Tal es el caso de Natacha Lopvet, una ciudadana francesa que en 2007 realizó un viaje de placer por Perú y durante la escala en la Ciudad de México, en el viaje de regreso a París, fue detenida por agentes del Aeropuerto Internacional, al detectarse bultos de droga en su equipaje sin que ella tuviera nada que ver con ello.

En entrevista explica que reconoció sus maletas ante la policía, pero no las drogas. A esto se le conoce como flagrancia y provocó que estuviera 2 días detenida en las jaulas del aeropuerto. Posteriormente, esto significó que Natacha estuviera recluida durante 10 años en el Centro Femenil de Readaptación Social en Santa Martha Acatitla, en México. Incluso, durante el inicio del proceso judicial, sus derechos humanos fueron vulnerados, pues el juicio en su contra inició sin traductor ni defensa.

Renato Sales Heredia, Comisionado Nacional de Seguridad, señala que en muchas ocasiones, a las mujeres se les "instrumentaliza"; son empleadas para el traslado y trasiego de droga, por lo que se hace necesario atender dos temas desde una perspectiva de género: el de investigación y el de judicialización. El especialista añade que en muchos casos, sería necesario revisar algunas excluyentes del delito, concretamente la de no exigibilidad de una conducta diversa, pues hay mujeres que no pueden considerarse responsables de los delitos que les son imputados.

El exencargado de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en México, Antonio Luigi Mazzitelli, considera que muchas de las mujeres presas por narcotráfico, han sido detenidas por culpas que no deberían ser perseguidas con penas detentivas.

Sin embargo, señala que el aumento del número de mujeres presas por delitos vinculados con el narcotráfico, es expresión de una tendencia a la uniformización de la participación de las mujeres en todos los sectores económicos, reflejando un papel más activo y de responsabilidades en las organizaciones criminales, vistas entonces no sólo como amas de casa u objeto de deseo sexual, sino como operadoras capaces de tomar decisiones y manejar negocios de una empresa criminal.