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viernes, 27 de octubre de 2017

Otro día de dilema en España

Por LauraB

Incertidumbre es la palabra de orden para referirse a Cataluña. Luego de la realización del referendo independentista considerado por ilegal e inconstitucional por Madrid, la situación no se sabe cómo terminará. El gobierno conservador de Mariano Rajoy dijo que aplicaría el artículo 155 de la Constitución española que le da amparo para intervenir en la región autónoma. También dijo que destituirá al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. El político catalán respondió con una convocatoria a elecciones como vía de destrabar el conflicto institucional más grande en la historia de la nación ibérica. Pero luego echó para atrás en esa decisión.

El mundo y la comunidad europea siguen muy de cerca los acontecimientos entre Madrid y Barcelona: muy lejos han llegado los anhelos independentistas de Cataluña. Tanto el gobierno de Rajoy como el rey Felipe VI y el Tribunal Constitucional estimaron desde los inicios que el polémico referendo independentista del pasado octubre era ilegal. Sin embargo, las autoridades de la región autónoma, cuya población ronda los 8 millones de habitantes, insistieron en llevar adelante el ejercicio.

La luz verde a la aspiración secesionista catalana ha dejado abierto muchas cuestiones sobre el futuro de un hipotético nuevo Estado. Igualmente, podría impulsar a otras regiones a seguir los pasos, tales como Escocia que ha hablado en algunos momentos de separarse de Reino Unido.

Los ataques terroristas ocurridos en las ciudades catalanas de Barcelona y Cambrils colocaron el tema secesionista con más fuerza. Sus raíces datan del triunfo de las tropas borbónicas en 1714 y la implantación del Decreto de Nueva Planta en 1716 que sustituyeron el orden político, jurídico e institucional catalán por el de Castilla. Con el fin de la dictadura de Francisco Franco entró en vigor la Constitución de 1978.

El reclamo separatista tiene su eje en la posibilidad de decidir y administrar el territorio propio, sus infraestructuras, sus recursos, su educación, su cultura, e incluso, su idioma. Sin embargo, mella con lo establecido en la Constitución española en cuyo artículo 2 subraya “la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles”.

Desde el gobierno señalan que no permitirán la división de esa región. Aluden además que supuesta independencia de Cataluña no significaría sacar a la comunidad de España, sino acabar con España, porque España no tiene sentido sin Cataluña. Obviamente sentaría un “mal” precedente para otras regiones como el País Vasco y Galicia.

El uso de la fuerza no fue la solución para calmar los ánimos de un lado y de otro. Habrá que esperar para ver cómo termina el culebrón catalán.