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lunes, 9 de octubre de 2017

¿Podemos emigrar a Marte?

Por YCC

A mediados del mes de septiembre terminó una misión que consistió en vivir por ocho meses, de manera aislada, a la vera de un volcán activo en Hawái, el Mauna Loa, como si fuera el planeta Marte. El sitio elegido tiene muchas similitudes con el paisaje marciano, y el experimento estuvo liderado por James Bevington, comandante de esa exitosa y quinta misión de simulacro que hace la NASA, junto a una tripulación de cinco compañeros. Como es del dominio popular, la NASA tiene el plan de transformar a Marte en un planeta habitable para los seres humanos, una idea que hoy nos parece utópica, pero ¡quién sabe si en el futuro sea posible!

El proyecto fue organizado por el centro de la Universidad de Hawái llamado Exploración Espacial Análoga y Simulación (HI-SEAS) y financiado por la NASA; su objetivo era analizar el impacto psicológico en los astronautas en una misión de largo plazo, y para acercarse a entender cómo pudiera ser la experiencia de vivir en Marte. Durante el ensayo el equipo solo comía alimentos no perecederos o criodisecada. Tenía que ser así porque si en realidad estuviesen en Marte, habría que enviar alimentos de larga duración. Por tanto la mayor parte del tiempo la dieta estuvo basada en carne, vegetales y frutas criodisecadas, que al momento de la comida se le agregaba agua para rehidratarla, así como otros ingredientes básicos que se pueden encontrar fácilmente en cualquier tienda para preparar recetas comunes. La tripulación afirma que la alimentación fue bastante buena porque tenían mucha variedad.

Los científicos han manifestado que luego de pasar por un período de aislamiento, y con retraso simulado en las comunicaciones, tuvieron que desarrollar la capacidad de buscar información por ellos mismos debido a que no podían hacer búsquedas, por ejemplo, en Google, para obtener muchas sugerencias y poder elegir la alternativa adecuada. Han afirmado que si fuera posible usar Google en Marte, incluso aunque las respuestas llegasen con retraso, sería muy útil, pero evidentemente no es así y ante una duda tenían que apañárselas y gestionar soluciones inmediatas. Cuando fue demasiado imperioso tuvieron que recurrir a la ayuda del centro de control de la misión.

También explicaron lo difícil que era el simple acto de vestirse para salir al exterior, pues fue necesario el uso de un traje espacial bastante complicado que podía implicar una media hora para lograrlo. Salir y caminar en el exterior era muy importante. Los expertos indican que antes de iniciar la misión pensaban que iban a querer salir al exterior todo el tiempo porque asumían que se podían sentir demasiado encerrados, pero la realidad es que muchos de ellos se quedaron dentro de su cúpula por largos períodos durante la misión, y no sintieron la necesidad de andar un rato como lo habían imaginado. Sin embargo, sí afirman que salir era una experiencia muy bonita, sobre todo algunos días que decidieron estirar un poco las piernas porque eran días lindos. El proceso era complicado, para salir había que hacer muchos trámites; por ejemplo, planearlo desde el día anterior y esperar aprobación desde el control central de la misión.

El comandante de la misión ha indicado que durante el experimento los integrantes del grupo se llevaron muy bien y las situaciones de conflicto, que fueron pocas, lograron resolverlas rápidamente. Lo más difícil durante todos esos meses fue la demora de las comunicaciones, y el no tener un contexto, como cuando se habla por teléfono, que se puede describir lo que sucede y la otra persona puede preguntar y entender solo a partir del tono de voz. Por ejemplo, cuando había demora, la única forma de comunicación era grabar vídeos, y por texto. Y por eso después de tanto tiempo se acumularon pequeños malos entendidos, y diferencias entre la visión del equipo sobre lo que estaba pasando comparada con lo que era entendido desde fuera.

No obstante, después de esa experiencia extrema, los científicos estiman que sí es posible que un grupo humano pueda colonizar Marte y mantener un estado de salud físico y mental adecuado. Además, recalcaron que lo interesante del experimento de HI-SEAS para entender cómo sería la experiencia en Marte fue la elección del grupo, los investigadores hicieron un buen trabajo para elegir a la tripulación, y eso favoreció el proyecto. La unidad fue fundamental para conseguir resultados y llegar a término con éxito.

Sin embargo, no se puede certificar hasta qué punto el experimento es fiable, pues aunque la tripulación estaba aislada y en condiciones precarias, no era el planeta Marte de verdad, y si surgía algún peligro para la vida, seguramente habrían sido socorridos. Eso sí, han podido afirmar que las simulaciones fueron muy fiables.

Evidentemente muchos fenómenos no se pueden estudiar directamente sino que hay que hacerlo a través de sistemas simplificados. Si hubiera que ir al espacio para hacer un experimento como ese sería muy caro y no podría hacerse con la misma frecuencia. Un proyecto como el de HI-SEAS puede ser un buen punto de partida para entender qué se debe tomar en cuenta cuando se vaya al espacio en simulaciones de mayor fidelidad. Sin dudas este es un gran paso hacia ese objetivo porque en la actualidad es poco probable que se envíen personas a Marte con escenarios de tan alto riesgo. Al menos, no por ahora.