Un iceberg gigante dice adiós a la Antártida
Ya no solo se trata de huracanes o de terremotos. La naturaleza en general está revuelta, como si ya estuviera vaticinando el fin del mundo. Las imágenes de territorios devastados por estos fenómenos naturales provocan la tristeza de quienes las observan. México, Cuba, Puerto Rico, Dominica…. Son las zonas más afectadas por este tipos de siniestros en los últimos días. Sin embargo, como se había dicho, ya no solo se trata de fuertes huracanes que devoran todo a su paso o de profundos temblores que parten la tierra en dos, el cambio climático está presente en todas partes y afectando hasta las zonas geográficas más recónditas.
Ni la Antártida escapa de sus efectos, como bien demuestra el desprendimiento sufrido recientemente por el glaciar Pine Island, que anualmente pierde 45 mil millones de toneladas de hielo y es responsable de una cuarta parte de estas pérdidas en esta lejana región donde reinan las bajas temperaturas. Los satélites de la NASA ya han mostrado a la comunidad científica internacional fotografías precisas y preocupantes de este desprendimiento de un pedazo de hielo cuatro veces mayor que la isla de Manhattan, en Estados Unidos. Aunque este acontecimiento no resulta del todo sorpresa para los expertos, sí viene a representar un síntoma más del imparable incremento del nivel del mar, con los peligrosos y potenciales riesgos que esto implica para el futuro del planeta y la supervivencia de todas las especies.
El nuevo y gigantesco iceberg formado tenía unos 267 kilómetros cuadrados en el momento de separarse del glaciar. Las imágenes satélite, tomadas entre el 23 y el 24 de septiembre, dejaron observar una brecha de aguas abiertas que salía con gran fuerza entre la plataforma de hielo y el enorme iceberg. Según Christopher A. Shuman, investigador del Laboratorio de Ciencias Criosféricas del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, este constituye el tercer ‘parto’ importante originado por el Pine Island en cuatro años. Los anteriores desprendimientos tuvieron lugar entre 2013 y 2015. De acuerdo con la información brindada por este científico, en el centro del glaciar también se están produciendo grietas que se extienden hacia los bordes, lo cual indica que estas rajaduras se producen en su interior como consecuencia de la fricción de aguas cálidas del océano contra la base inferior de la gélida estructura continental.
Es así como el glaciar Pine Island sigue adelgazando, año tras año. Los estudios estiman que en un lapso de 100 años su cuerpo principal podría quedar a flote. Sin embargo, son señales que la naturaleza continua mandando, para que se tome conciencia de los daños que la especie humana está ocasionando al planeta. Desgraciadamente, la clase política y económica de poder en el mundo sigue haciendo caso omiso de estas claras señales de que el mundo pronto hallará el fin. La conciencia ambiental, si no se hace pronto política seria, segura y alejada de intereses económicos, será solamente una anticipación del futuro global.
