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miércoles, 25 de octubre de 2017

Una contribución para moldear la inteligencia

Por DianaLeon

Explica Flynn que aunque ellos tienen todas estas habilidades modernas, salen de la universidad sin diferenciarse del campesino medieval anclado en su propio pequeño mundo. En realidad, aclara, están anclados en un mundo mucho mayor, el mundo del presente, pero sin tener en cuenta su dimensión histórica. Es por ello que cree que el resultado es que tienen puntos de vista excesivamente simplistas de los problemas actuales, lo que los deja expuestos a la manipulación de los políticos y los medios de comunicación. El especialista es conocido por describir el misterioso aumento en el coeficiente intelectual, llamado "Efecto Flynn". Como parte de su investigación acerca de la naturaleza de la objetividad, encontró dudosas afirmaciones de que ciertas razas son inferiores intelectualmente.

James Flynn es un destacado profesor de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda. A este le preocupa dejar el mundo en manos de los llamados millenials. Esto se debe a que frecuentemente se reúne con estudiantes brillantes con un gran potencial y ha comprobado que muchos de ellos no están interesados en el complejo pasado del mundo que les rodea.

Explica Flynn que aunque ellos tienen todas estas habilidades modernas, salen de la universidad sin diferenciarse del campesino medieval anclado en su propio pequeño mundo. En realidad, aclara, están anclados en un mundo mucho mayor, el mundo del presente, pero sin tener en cuenta su dimensión histórica.

Es por ello que cree que el resultado es que tienen puntos de vista excesivamente simplistas de los problemas actuales, lo que los deja expuestos a la manipulación de los políticos y los medios de comunicación.

El especialista es conocido por describir el misterioso aumento en el coeficiente intelectual, llamado "Efecto Flynn". Como parte de su investigación acerca de la naturaleza de la objetividad, encontró dudosas afirmaciones de que ciertas razas son inferiores intelectualmente.

Inspeccionando la evidencia, Flynn constató que el índice promedio para todos (blancos y negros por igual) había ido aumentando continuamente cerca de tres puntos por década, algo de lo que pocas personas se habían percatado. De hecho, no eran pequeñas y graduales mejorías, sino que, por ejemplo, entre 1934 y 1964, los holandeses habían ganado 20 puntos.

Los psicólogos conocen que nuestros genes tienen un papel en nuestra inteligencia y su influencia aumenta a medida que envejecemos. Por ejemplo, cuando somos pequeños, antes de entrar a la primaria, la genética importa relativamente poco, pues lo que más influye es si los padres hablan con el niño, le leen y practican cosas como contar números.

De hecho, dos estudios indican que los genes representan alrededor del 20 por ciento de la variación en el coeficiente intelectual a esa edad. Sin embargo, a medida que crecemos y comenzamos a pensar por nosotros mismos, la influencia de los padres se desvanece. En esta etapa, pasas la mayor parte de tu tiempo en la escuela y, si tienes el potencial, tu cerebro se desarrollará con la estimulación adicional.

Ya en la adultez, los genes pueden predecir aproximadamente el 80 por ciento de las diferencias entre las personas. Sin embargo, el efecto Flynn era muy pronunciado y rápido para ser explicado por el cambio genético.

Es por ello que Flynn y su colega William Dickens plantearon la hipótesis de que exactamente lo mismo estaba ocurriéndole a nuestra mente debido a los cambios en las demandas cognitivas de la sociedad.

Los índices de Coeficiente de Inteligencia (CI o IQ en inglés) calculan cualidades como el vocabulario, el razonamiento espacial, la capacidad de pensar en abstracto y de reconocer categorías y tienen el fin de reflejar una "inteligencia general".

Como sugiere Flynn, en la medida en que a más niños se les pida observar el mundo a través de unos "lentes científicos", como sucede en las escuelas de países desarrollados, más altas puntuaciones tendrán.

Pero no es sólo cuestión de la educación; investigadores han argumentado que nuestro mundo está diseñado para hacernos pensar de esa manera, por una creciente dependencia de la tecnología. Algo por lo cual nos convertimos en personas mejor preparadas para pensar de manera abstracta, en el último siglo, esto ha llevado a un incremento de al menos 30 puntos en el CI.

Aunque, el aumento en el CI no se traduce necesariamente en que hemos incrementado nuestra capacidad intelectual, sino que nuestra antigua maquinaria mental para el mundo moderno está afinándose, en lugar de actualizarla por completo.

Sin embargo, Flynn mantiene que las mejorías son sociológicamente significativas, reflejando cambios reales en el pensamiento. El especialista lo compara con el ejercicio físico, algo así como que somos moldeados en dependencia del deporte que escogemos.

El CI es moldeable durante toda nuestra vida, lo que significa que las personas de edad avanzada aún pueden mejorarlo, debido a una mejor salud en general (vinculada a la inteligencia) y a carreras de más largas y exigentes intelectualmente, algo que mantienen activo su cerebro durante más tiempo.

El análisis plantea que incluso unos pocos puntos de CI pueden determinar el camino en tu vida. Explica que si bien influye, nuestro entorno familiar no importa de manera definitiva pues tenemos el poder de encaminar nuestro desarrollo intelectual. De hecho, los estudios indican que nuestras circunstancias actuales forman a nuestro CI actual más que nuestra historia pasada.

Sin embargo, Flynn mantiene su preocupación con respecto a la Generación del Milenio, pues a pesar de los aumentos en el CI, le inquieta que no estamos comprometiendo la mente de manera efectiva en los temas que importan.

Explica que el principal elemento intelectual que le molesta es que los jóvenes están leyendo menos historia y menos novelas serias de lo acostumbrado, desaprovechando obtener los conocimientos de las crisis que han trazado la historia del mundo antes de formarse opiniones sobre la política actual.

Indica que George Orwell creó una realidad distópica en la que gobierno reescribe la historia para controlar y manipular a la población. Añade que todo lo que se necesita para ellos son personas sin conocimiento de la historia que viven en la burbuja del presente, y mediante la configuración de esa burbuja, el gobierno y los medios de comunicación pueden hacer con ellos lo que quieran.