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sábado, 28 de octubre de 2017

Vive cerca de un bosque y tu cerebro saldrá ganando

Por Nilyam

En estudios realizados recientemente se ha analizado la relación existente entre la naturaleza y la salud mental de las personas que residen en las ciudades. Es una realidad que la contaminación ambiental a que están sujetas estas personas pueden provocarles estrés permanente en sus vidas. Como se ha demostrado, quienes optan por vivir en las ciudades están más sensibles a padecer de enfermedades mentales, como la depresión, estados de ansiedad, nerviosismo persistente, en comparación con las personas que viven en las zonas rurales. Los niveles de ruido, la contaminación atmosférica, el espacio bien reducido en que se vive, por lo general, en las ciudades, son causas directas de tales afectaciones mentales.

Mientras, los residentes en el campo no sufren directamente de la contaminación ambiental a que hacemos referencia. En el cerebro de los citadinos se aprecian niveles más altos de actividad en la amígdala cerebral, que en las que viven en zonas rurales. Por ende, el entorno cotidiano que nos rodea puede dar forma a la estructura y función del cerebro. Las condiciones ambientales donde se desarrolla el ser humano puede tener efectos muy positivos o muy negativos en su salud mental. El resultado del estudio indica que vivir rodeados de naturaleza es un factor determinante para mantenerse con muy buena salud físico-mental.

La psicóloga Simone Kühn, y expertos que conformaron un equipo de investigación, encontraron que vivir cerca o en zonas rurales, influye en los indicadores de la estructura de amígdala cerebral fisiológicamente saludable y son capaces de sobrellevar mejor el estrés. Esto no ocurre con los residentes en zonas urbanas o de la ciudad. Sí resulta difícil distinguir aún si vivir cerca de lugares poco poblados o bosques mejora aspectos del cerebro que aún constituyen zonas enigmáticas para los científicos, como la memoria, el razonamiento.

Nuestro estudio, aclara Ulman Lindenberger, otro de los autores, investiga por primera vez la conexión entre las características de planificación urbana y la salud del cerebro. Y ya en esto consiste la gran relevancia de la investigación, cuyos resultados envían señales importantes a las autoridades encargadas de la planificación física en los distintos países, más cuando la tendencia mundial es que el desplazamiento de las personas del campo a las ciudades, esperándose que para el año 2050, casi el 70% de la población mundial sea citadina. Con vistas al futuro, la planificación urbana debe tener en cuenta estos resultados. Sin embargo, un gran problema que enfrenta hoy el mundo, además, tienen que ver con los acelerados y alarmantes ritmos de deforestación, que hace desaparecer bosques enteros y colocar en emergencia gran variedad de especies de flora y fauna. La planificación urbana tiene que ir, necesariamente, de la mano de la reforestación, para tener modelos de vida mucho más saludables.