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martes, 14 de noviembre de 2017

Aumentan los fallecidos por el terremoto de Irán e Irak

Por Jessica Meer

Un terremoto de 7,3 en la escala de Richter sacudió la montañosa frontera entre Irán e Irak, regiones donde habita la mayoría de la población kurda de ambos países. Según el Instituto geológico de Estados Unidos, el sismo causó más de 330 muertos y más de 4 mil heridos, la gran mayoría del lado iraní.

Tras pasar el terremoto, los equipos de rescate trabajan para encontrar algún sobreviviente de entre los escombros de las construcciones derrumbadas. El ambiente es indescriptible, pánico, dolor, pena. Testigos del hecho cuentan que el miedo incrementó porque en las redes sociales se publicó que podría haber un segundo terremoto, aunque autoridades confirmaron que sí había probabilidades de réplicas.

La mayoría de las víctimas iraquíes se reportaron en Halabya, localidad que se encuentra a 60 kilómetros de Suleymaniya y unos 32 kilómetros al norte del epicentro del terremoto, y en los pueblos de sus alrededores. Desde allí se informó de siete muertos y al menos 321 heridos, quienes han necesitado urgente hospitalización. La parte iraní fue la que peor salió en esa catástrofe natural, justo al otro lado de la montañosa cordillera que separa ambos Estados, en esa parte, al menos 336 personas fallecieron y otras 3 mil 950 han resultado heridas.

El epicentro del temblor, fue situado en un primer momento en Halabya, del lado iraquí de la frontera; pero luego los expertos estimaron su ubicación en Irán, muy cerca de la frontera, a unos 50 kilómetros al norte de Sar-e Pol-e Zaham (provincia de Karmanshah), de hecho, la localidad más afectada por el sismo, donde solamente allí han muerto alrededor de 236 personas.

Esa ciudad, poblada con, aproximadamente, unos 85 mil habitantes, sufrió también grandes daños materiales, aunque muchos edificios resistieron a la sacudida. En Irán, al menos ocho localidades fueron afectadas por el temblor, se afectó la electricidad y el servicio de agua en algunas zonas. Televisoras locales de Irán aseguran que muchas casas en partes rurales están hechas de barro, y se desmoronan fácilmente cuando hay eventos naturales de ese tipo.

Por su parte, el guía supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, ordenó al gobierno y a las fuerzas de seguridad movilizar todos sus medios para ayudar a la población. Los equipos de rescate han sido despachados a la zona y trabajan lo más rápido que pueden para tratar de rescatar a supervivientes.

En tanto, en Irak, la sacudida alcanzó a todas las provincias. En Bagdad, la capital, pudo sentirse durante unos 20 segundos y se ha llegado a percibir en Qatar, Israel y Turquía. Algunas imágenes publicadas en redes sociales muestran daños materiales considerables en algunos establecimientos. Los daños se centraron específicamente en el Kurdistán iraquí. Varios edificios se derrumbaron e incluso se vio dañada la presa de Darbandijan sobre el río Diyala, que abastece a la región.

Al respecto, el presidente iraquí, Haydar el Abadi, ordenó la movilización de los equipos de protección civil para ayudar a los damnificados, a quienes envió también un mensaje deseado una pronta recuperación.