Ciudad México se hunde
La capital azteca se enfrenta a una alarmante realidad: se hunde, y lo hace de forma acelerada e irregular, además creando fracturas en el suelo, de acuerdo con los datos que revelan algunos estudios realizados por especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Y cuando los expertos dicen que se hunde, lo ilustran con números exactos para que no quede a riesgo de la subjetividad. En muchas zonas de la ciudad, refieren, la velocidad de hundimiento alcanza los 40 centímetros por año, al tiempo que en otras este acelerado ritmo baja a 20 centímetros, lo cual no deja de preocupar también.
La noticia espeluznante es que este proceso está sobre todo relacionado con los terremotos, y puede en dependencia de cuánto tiemble la tierra avanzar o detenerse. Y el suelo azteca, ya sabemos, se mueve fuerte y con frecuencia.
El Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) con el fin de determinar los riesgos reales que corre la Ciudad de México ante este panorama encargó a la experta Dora Carreón, investigadora del Centro de Geociencias, la confección de un mapa digital que muestre cuáles son las zonas de fracturas con mayores vulnerabilidades.
Sucede—explicó la científica— que desde el subsuelo, donde se forman estas grietas, las mismas afloran hasta llegar a la superficie, y es cuando pueden llegar a destruir desde tuberías, hasta calles y casas.
Ciudad México está ubicada en un terreno sumamente frágil, pues se construyó sobre lo que fueron antiguos lagos. De ahí el origen de las cavernas y grietas que surcan esta capital, y que refleja el mapa, el cual se encuentra tras el enlace www.atlasnacionalderiesgos.com.mx a disposición pública.
Si bien el proyecto puede ser aún mejorado, de acuerdo con referencias de sus autores, lo cierto es que el mapa muestra hasta el momento unos 12 sitios de Ciudad México con deformaciones críticas, los cuales están ubicados en las colonias de Iztapalapa, Iztacalco, Tláhuac, Cuauhtémoc, Benito Juárez y Xochimilco.
Por su parte, el director general de Ceneapred, Valdés González, precisó que no se trata de delegaciones completas, sino de colonias y demarcaciones, como es el caso de Iztapalapa, una zona donde gran parte del territorio evidencia grandes daños en el subsuelo. “La urbe se formó sobre un lago; es por eso que tiene lugares blandos y otros duros, algunos de los que son especialmente riesgosos para construir y vivir sobre estos.
El contraste entre los materiales volcánicos que se encuentran a las orillas de la metrópoli, como es la llamada zona de Ciudad Universitaria) y los materiales de relleno del lago, que son ricos en sedimentos más al centro, constituye una de las razones fundamentales para que se originen estas fracturas, manifestó González.
Los propósitos del estudio, según sus autores son varios y abarcan desde el análisis de la vulnerabilidad a la subsidencia – es decir, el progresivo hundimiento de una superficie-, hasta los elementos relacionados con la fracturación del subsuelo y la identificación de sitios críticos con mayor posibilidad de verse afectados; e incluso la evaluación de la vulnerabilidad social que este proceso acarrea en zonas marginadas.
Una de las ventajas derivadas de la investigación, apuntan, es que además de poder contar con un análisis desde el punto de vista confiable, los datos le permitirán mantener en el tiempo un monitoreo constante sobre la sismicidad y las consecuencias de la misma sobre la capital de este país.
Las herramientas están disponibles, agregaron, incluso las imágenes de radar vía satélite, y hasta una técnica que les permite a los investigadores evaluar con exactitud milimétrica la diferencia de deformación vertical existente al comparar la toma de una imagen y de la otra.
