Enviar por email

tu nombre: email destino: mensaje:
Nombre de Usuario: Email: Contraseña: Confirmar Contraseña:
Entra con
Confirmando registro ...

Edita tu perfil:

Usuario:
País: Población: Provincia:
Género: Cumpleaños:
Email: Web:
Como te describes:
Contraseña: Nueva contraseña: Repite contraseña:

martes, 14 de noviembre de 2017

Donald Trump y Kim Jong-un: personajes de suburbio

Por Jessica Meer

No sé qué pensar de las disputas entre Estados Unidos y la República Popular Democrática de Corea después de conocer lo bajo que han caído Donald Trump y Kim Jong-un, presidentes de ambos países respectivamente. Lo más reciente es que los dos primeros mandatarios fueron del glamur a lo ordinario, al ofenderse mutuamente a través de Twitter.

Pobre red social esta que está siendo soporte para denigraciones como las que en les cuento en breve. Resulta que Kim Jon-un calificó a Trump de “viejo chocho mentalmente desquiciado” tras las amenazas de su par de “destruir por completo” Corea del Norte si Estados Unidos era amenazado. A lo cual el jefe de Estado norteamericano respondió: “Por qué me insulta Kim Jong-un llamándome “viejo” cuando yo NUNCA lo llamaría “bajo y gordo” Oh, bueno, he intentado mucho ser su amigo – y tal vez algún día esto ocurra!”.

En un mitin en Hanoi, la capital Vietnam, Trump aseguró que “sería muy, muy bonito” que se hicieran amigos, antes de añadir: “Es algo que parece raro que pueda suceder, pero es una posibilidad”.

Este es el más reciente insulto de un interminable ataque de reproches y amenazas que se han intercambiado en los últimos meses ambos presidentes. Según Donald Trump, él pretende evitar a toda costa la escalada nuclear de Corea del Norte, que cuenta con misiles capaces de llegar a Estados Unidos, pero vaya manera en la que trata de evitar que una guerra nuclear se desate. El magnate neoyorquino “quiere resolver las diferencias” diplomáticamente, aunque no descarta una respuesta militar.

Por su parte, Norcorea, que no se queda atrás, ha realizado docenas de pruebas de misiles balísticos desafiando las sanciones de Estados Unidos, y por si fuera poco, se niega a abandonar sus programas de armas, alegando que son necesarios para contrarrestar la hostilidad de Estados Unidos y de sus aliados.

No acabo de entender este conflicto, aunque apuesto a que todo es un espectáculo circense, montado para estar siempre en la palestra, y para dar siempre de qué hablar a la opinión pública. Es este otro más de los juegos de una política sucia que solo persigue entretener, disociar y enajenar a las masas.