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martes, 7 de noviembre de 2017

El ataque frontal de Cate Blanchett al machismo

Por Lorena rey

La multimillonaria industria del cine de Hollywood se ha visto estremecida, cada vez con más frecuencia por las exigencias de reivindicaciones por parte de sus actrices. En la última década las luchas y campañas emprendidas por ellas contra las manifestaciones machistas, en un negocio controlado casi totalmente por hombres, han ido desde la campaña #AskHerMore, donde exigían que se les preguntara cosas más allá del estilismo cuando eran entrevistadas en la alfombra roja; pasando por la exigencia de igualdad salarial, hasta las recientes denuncias de acoso, hostigamiento y abuso, hasta entonces silenciado, de los grandes productores sobre las actrices jóvenes.

El caso del famoso productor Harvey Weinstein acosando durante años a colegas mujeres ha hecho que la sociedad voltee miras sobre uno de los secretos a voces de la industria Hollwoodense. La denuncia realizada contra Weinstein por por más de ocho mujeres y alrededor del cual se ha creado toda una red de denuncias tanto de afectadas directamente como de quienes se han solidarizado con las víctimas, es más que un caso de abuso sexual y pone sobre el tapete un tema que afecta a mujeres de todo el mundo: el machismo y el abuso de poder.

La reconocida y multipremiada actriz Cate Blanchett ha formado parte de varias de estas acciones de denuncia, manifestando siempre una posición radical ante el sexismo imperante en la industria del cine. Hace algo más de una semana protagonizó la más reciente manifestación en defensa de los derechos de las mujeres a no ser discriminadas y encasilladas como objetos sexuales. La ganadora del Oscar en dos ocasiones por las cintas El aviador y Blue Jazmin, recibió el premio Icono de estilo, otorgado por la publicación Instyle y en su discurso no dejó pasar la oportunidad de referirse al sexismo y aclarar en su opinión que significa ser un icono de estilo.

En él reivindicó a aquellas mujeres con la autonomía suficiente para defender lo que son sin pedir permiso a nadie y para quienes físico y estética está integrado en lo que son. Esos son los verdaderos patrones a seguir, afirmó. Aquellas mujeres, continuó, que saben que no son solo la imagen, sino que esta es una extensión de ellas misma; e hizo alusión al derecho de todas de vestir lo que quieran, cuando quieran, como quieran, sin por ello tener que sentir miedo o tener que exponer su integridad física y moral. Más claro aún para quienes quedaron con dudas: “A las mujeres nos gusta vernos sexis, eso no significa que queramos sexo”.

La ovación tras sus palabras no se hizo esperar, además de por el mensaje trasgresor y de aliento para las mujeres que encierra, porque toca un aspecto neurálgico y polémico de las campañas de lucha contra la violencia de género, muchas veces justificada por la sociedad cuando reconoce a la mujer como la incitadora por la forma en que estaba vestida. El escenario ha sido uno de los muchos espacios de lucha feminista utilizados por las personalidades públicas. Así se han hecho virales las intervenciones de la reina del pop, Madonna; de Emma Watson, la Hermione de la saga Harry Potter, quien además es Embajadora de Buena Voluntad en la ONU Mujeres, entre otras.