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martes, 7 de noviembre de 2017

El Barça de Valverde no enamora, pero gana

Por Mayli

El sello mágico que le habían endilgado al Barcelona tras aquellas campañas de ensueño bajo el mando de Pep Guardiola - y que ciertamente sentaron cátedra hasta en la mismísima selección - nada tiene que ver con este Barça que llenó el camino de dudas al inicio de temporada. El Barça de Valverde no enamora, pero gana, y eso parece alcanzarle.

Sin impresionar, sin agradar, sin seducir, el equipo culé sigue el camino a la gloria. El último de los partidos en los que el Barza resolvió, a pesar de todo, se jugó bajo aguacero. Y el Fútbol Club Barcelona hizo exactamente lo que ha estado haciendo casi sin fallas durante esos tres meses: ganar.

De alguna manera, volvió a abrirse camino hacia los tres puntos, y, más importante aún, subió 11 puntos por delante de su eterno rival de título, el Real Madrid. Su última fórmula llegó de la mano de dos goles de Paco Alcacer, que no había descifrado la alineación titular en la liga desde el día de apertura de la temporada. El producto de Valencia de 24 años caminó por la cuerda floja del fuera de juego, se abalanzó sobre un toque errante y le dio al Barcelona una ventaja, ventaja que la firme defensa del Barcelona cedió en un tiro de esquina después del descanso. Guido Pizarro saltó sobre Gerard Piqué, y su cabezazo se sobrepuso a la hierba mojada hasta colarse en la esquina superior. Sin embargo, Alcacer vino nuevamente al rescate. Percibió un espacio en el llamado corredor de la incertidumbre y se lo señaló a Ivan Rakitic. Rakitic lanzó una cruz mortal a ese espacio, y Alcacer la clavó en el fondo de la red.

Y el Barça aguantó el marcador.

Sus únicos puntos dejados en la temporada hasta ahora han sido puntos respetables, frente al Atlético de Madrid. Lidera la Liga gracias a su fuerte defensa, ponderada por uno de los suyos, Digne, como en señal de recordatorio. Los indiscutidos Gerard Piqué y Samuel Umtiti, el centrocampista defensivo Sergio Busquets y el arquero Marc-Andre Ter Stegen, habían concedido hasta esta fecha solo cuatro goles en todas las, el menor saldo para cualquier equipo de Barcelona en este punto de la temporada en al menos 25 años. Pero incluso cuando se traspasa su línea de fondo, incluso cuando Messi está sofocado, e incluso cuando Suárez parece muy lejos de su propia versión de hace 12 meses, el Barça ha encontrado la manera.

Muchos de los problemas previstos durante el receso de temporada se han materializado, y sin embargo no han sido costosos. Muchos esperan que la regresión golpee en algún momento, por aquello de las probabilidades y la suerte. Los líderes de la Liga seguramente no permanecerán invictos. Pero tienen la calidad, ya sea de Messi y Suárez, o Rakitic y Alcacer, para superar tramos decepcionantes. En 11 juegos tienen una ventaja sobre Madrid que, en años anteriores, ha sido insuperable. Para aquellos que esperaban un Barcelona de crisis, la respuesta del equipo ha sido inmejorable.