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miércoles, 1 de noviembre de 2017

El cerebro sobrevive a la muerte

Por LisyFa

Lo que sucede más allá de la muerte siempre ha sido una incógnita y un motivo de análisis y especulaciones de los seres humanos, especialmente desde disciplinas como la filosofía o la religión. No obstante, desde una perspectiva científica, parece bastante claro que los procesos químicos que dan lugar al pensamiento, las percepciones, la consciencia y las emociones, se "apagan" por completo en el cerebro en cuanto el cuerpo muere.

Sin embargo, un equipo de científicos de la Escuela de Medicina NYU de Nueva York tiene una opinión distinta. El Dr. Sam Parnia, director de cuidados intensivos de este centro, asegura que las personas "saben de inmediato que han muerto", puesto que su conciencia continúa en funcionamiento luego de que el cuerpo ha dejado de emitir señales de vida.

Según reporta la revista Muy Interesante, a esa conclusión ha llegado un equipo de investigadores dirigido por el propio Parnia, luego de estudiar a un grupo de pacientes que sufrieron un paro cardíaco y que, técnicamente, murieron, pero fueron reanimados con éxito poco después.

Entre las conclusiones del estudio está que los pacientes tenían consciencia de las conversaciones completas y, también de ver las cosas que sucedían a su alrededor, incluso después de haber sido declaradas como fallecidas.

Médicamente, la hora de la muerte se define como el momento en el que el corazón deja de latir, y por tanto el flujo de sangre deja de fluir hacia el cerebro. Pero de acuerdo con el equipo que dirige Parnia, existen evidencias que sugieren que se produce un impulso de energía en el cerebro cuando una persona muere.

De hecho, en el año 2013, investigadores de la Universidad de Michigan observaron las señales eléctricas dentro de los cerebros de nueve ratas anestesiadas después de haber sido inducidas a un ataque cardiaco. Breves instantes luego de la muerte clínica, los expertos observaron patrones de actividad dentro del cerebro relacionados con un presunto estado de 'hiper alerta'.

Durante un ataque cardíaco, lo que sucede es que una arteria obstruida impide que la sangre llegue a una parte del corazón, lo que puede causar que esa sección muera, aunque el corazón continúa latiendo. Como consecuencia de eso, las señales eléctricas que controlan la acción de bombeo del corazón se ven interrumpidas, el corazón deja de latir y la muerte ocurre poco después.

El córtex cerebral, la 'parte pensante' del cerebro, también baja su actividad de manera instantánea, lo que significa que no se producen ondas cerebrales, al menos visibles en un monitor, durante alrededor de 20 segundos. Esta primera reacción inicia una secuencia de procesos celulares que llevan a la muerte cerebral. Pero, según el Dr. Parnia, "hasta que esto sucede, pueden pasar horas desde que el corazón deja de funcionar".

Realizar una reanimación cardiopulmonar (RCP) envía algo de sangre al cerebro, "aproximadamente el 15 % de lo que requiere para funcionar normalmente", de acuerdo con Parnia. Esto es suficiente para desacelerar la muerte de las células cerebrales, pero no lo es como para poner en marcha el cerebro para que funcione nuevamente, razón por la cual los reflejos no se reanudan durante la RCP, dijo.