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domingo, 5 de noviembre de 2017

El clima, factor de salud

Por Janet

El clima del planeta Tierra está sufriendo importantes alteraciones desde hace varias décadas. La temperatura promedio de la superficie se ha incrementado en cerca de los 0.85 ºC en los últimos 100 años y el mayor problema es que está condición solo parece aumentar. La razón de esto es que los gases liberados por las actividades industriales y agrícolas están afectando el efecto invernadero natural, un procedimiento a través del cual la atmósfera de la Tierra atrapa un poco de energía del Sol. Es decir, que las actividades humanas están aumentando la cantidad de dióxido de carbono (CO2) y otros gases que afectan la atmósfera, lo que provoca diferentes cambios, como temperaturas más altas, fenómenos climáticos extremos y niveles más altos del mar.

En los últimos meses, el mundo ha enfrentado distintos fenómenos, como inundaciones, terremotos y huracanes; ante esto, la comunidad científica se ha puesto a analizar mpliamente la relación que puede existir entre ellos y el calentamiento global. Para entenderlo, es preciso aclarar que todos son fenómenos propios de la naturaleza, por ejemplo, los tres últimos huracanes se han dado dentro del marco de la temporada anual de huracanes en el Atlántico que abarca del 1º de junio al 30 de noviembre, lo que llama la atención aquí es el hecho de que aunque aún faltan, en teoría, dos meses para que esta temporada finalice, la región ya ha sido afectada por 11 tormentas, incluyendo seis huracanes.

En torno a esto, Enrique Konstantinidis, director del Cambio Climático en Fundación Ambiente y Recursos Naturales, resaltó que era muy probable que “los huracanes con proporciones devastadoras fueran alimentados por un mar cada vez más caliente, con mayor volumen de agua y con consecuencias trágicas”. Existe una ley física conocida como la ecuación Clausius lapeyron, la cual sostiene que una atmósfera más caliente retiene más humedad, hasta un 7% más por grado centígrado, esto provoca que los eventos relacionados con las precipitaciones, tal como los huracanes, sean más extremos cuando se producen. El meteorólogo Mauricio Saldívar destacó que lo curioso de los tres huracanes simultáneos en el Atlántico fue la intensidad de los mismos: “Los huracanes absorben energía y se mantienen vivos gracias a la temperatura superficial del mar, que debe estar entre los 26 y 27ºC. Si el océano está caliente, motoriza el huracán”, lo cual significa que si bien las altas temperaturas del mar, provocadas por el calentamiento global, no aseguran que se genere una mayor cantidad de huracanes o que sean más frecuentes, sí representan una alta influencia en el fuerte impacto que estos tienen.

Aunque es probable que, como indica Bob Ward, director de Comunicación del Instituto de Cambio Climático y Medio Ambiente en la escuela de economía de Londres, la verdadera razón de estos desastres sea más obvia y directa. Si bien el efecto invernadero forma parte de un factor determinante para ellos, actualmente el aumento de a población mundial y las construcciones en zonas propensas contribuye a que estos fenómenos sean extremadamente costosos y más frecuentes. El desastre principal es que el exceso de personas reduce las posibilidades de evacuación y de seguridad, además de que es importante preguntarse si es el cambio climático el verdadero responsable de las construcciones sobre las costas vulnerables, en este sentido los fenómenos naturales, además de estar vinculados al calentamiento global, son resultado de las malas elecciones del ser humano.

Este mismo punto de vista se encuentra ligado a los otros tipos de desastres naturales de la naturaleza, los terremotos no se pueden evitar directamente al reducir el cambio climático, pero la planeación de las zonas pobladas en las que ocurren, juegan un papel vital para determinar el grado de impacto que tendrán y como proteger las zonas, por ello cada vez se vuelve más importante la regulación de códigos de zonificación y construcción, sistemas de drenaje y diques más fuertes para frenar mareas altas, hablando también de las inundaciones.

La situación sin duda es alarmante. Aun cuando no se puede relacionar directamente el cambio climático con los desastres naturales, ya existen muchas pruebas de que es un factor que influye en su alcance, por lo que todo parece indicar que si las emisiones no se reducen para mediados de este siglo, los modelos climáticos más avanzados prevén más fenómenos naturales. Los cambios podrían terminar en la escasez de agua, aumento de víctimas por tormentas, sequías y olas de calor.