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miércoles, 29 de noviembre de 2017

El dedo acusador apunta a Marc Gasol

Por Miguel

Marc Gasol parece estar en un volcán en la NBA. Apenas unas horas después de que el pívot español mostrara su frustración por permanecer en el banquillo durante todo el último cuarto del partido ante los Nets de Brooklyn, en lo que constituyó la octava derrota consecutiva de los Grizzlies de Memphis, el dueño de la franquicia, Robert Pera, decidió despedir al técnico David Fizdale, en un movimiento que sorprendió a toda la liga y, ante el cual, no pocos apuntan el dedo acusador a Gasol; aunque el ibérico ha negado, en todo momento, que hubiera pedido la salida del coach.

Desde el banquillo de suplentes, el pívot español Marc Gasol vio cómo los Grizzlies de Memphis perdían ante los Nets de Brooklyn, en lo que constituyó la octava derrota consecutiva de ese equipo en la actual temporada de la NBA. El coach David Fizdale decidió que valía la pena mantener sobre la cancha a los reservas, que habían logrado acortar la diferencia en la pizarra y no dio ni un solo minuto a Gasol en el último cuarto del desafío. Fue una decisión arriesgada y que no gustó para nada al ibérico, quien se considera, justamente, el líder de la franquicia, ante la salida por lesión de Mike Conley.

Sin pelos en la lengua, Gasol reconoció que se sentía frustrado y que estaba más molesto por dentro de lo que mostraba su expresión. Además, dijo que se lo tomaba como algo personal. No era un secreto que la relación entre el coach Fizdale y Gasol había tenido muchos altibajos y los malos resultados alcanzados por los Grizzlies sin dudas habían incidido en el aumento de los roces.

Apenas unas horas después de la derrota, que dejó a Memphis con récord de 7 y 12, muy lejos de las posiciones de playoff en la Conferencia Oeste, por mucho la más fuerte de la NBA, el dueño del equipo, Robert Pera, decidió despedir a Fizdale. El adiós prematuro de este coach, que había sido asistente de Erik Spoelstra, en la era del Big Three en el Heat de Miami (James, Wade y Bosh), fue acogido con mucha sorpresa por colegas y jugadores, muchos de los cuales, en sus declaraciones, aunque no de forma directa, apuntaron a Gasol como el culpable del despido.

Una de las expresiones más fuertes la tuvo LeBron James quien dijo que conocía la calidad de Fizdale como entrenador y dejó entrever que su despido se había producido por su negativa a complacer los deseos de sus estrellas, en otras palabras, de Gasol. Otro ex Heat, Dwayne Wade, también mostró su asombro; mientras, otros entrenadores, como Greg Popovich, de los Spurs de San Antonio y Steve Kerr, de los Warriors de Golden State, reconocieron que se sentían extrañados por el movimiento asumido por los Grizzlies. Popovich incluso aseveró que Fizdale encontraría trabajo rápidamente en otro equipo de la NBA.

Marc trató de salir al paso a los comentarios negativos y dijo que él también estaba sorprendido del despido (¿una idea creíble?) y que no había pedido la salida de Fizdale. Luego aclaró que no podía hacer más al respecto y que lo suyo era jugar a ganar y que asumía responsabilidad por los malos resultados obtenidos por Memphis esta campaña. Su hermano, Pau, salió en su defensa y lo eximió de la responsabilidad por la salida del coach, aunque reconoció que Marc estaba muy frustrado por el hecho de permanecer en el banco por tanto tiempo.

Nada ha funcionado para los Grizzlies esta temporada. Hubo movimientos importantes en la plantilla, con la salida de veteranos como Vince Carter, Zach Randolph y Tony Allen y, luego, las lesiones han mermado enormemente la capacidad ofensiva del equipo. Las bajas de Mike Conlye y Chandler Parson han debilitado a Memphis y, realmente, Gasol no ha podido echarse el equipo al hombro. No pocos lo han criticado por esta incapacidad.

El español renovó contrato con Memphis en 2015, por cinco temporadas y 113 millones de dólares. El año pasado reconoció que se sentía a gusto allí y que Memphis era su casa; pero, teniendo en cuenta el rumbo incierto que ha tomado este equipo, no deberíamos sorprendernos si, más temprano que tarde, el español vistiera un nuevo uniforme.