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miércoles, 29 de noviembre de 2017

El huracán Irma y el trabajo de la prensa cubana

Por javier10miniet

Los huracanes como fenómenos meteorológicos han sido objeto de estudio, posiblemente, desde la antigüedad. Ya los aborígenes en Cuba dibujaban patrones circulares en las paredes de las cuevas. ¿Arte? Algunos lo consideran como los primeros medios de comunicación para alertar a futuras generaciones de, al menos, la forma en espiral que caracteriza a estos meteoros. Le invitamos a conocer, desde mi modesta opinión, como fue la coberura de la televisión cubana y otros medios de comunicación masiva, de estos fenómenos. le recordamos que este 30 de noviembre finaliza la temporada ciclónica 2017 en esta área del Caribe. ¿Podremos dejar atrás los estragos de Irma, José, María, Harvey?

La historia de la prensa no deja mentir. Hoy podemos afirmar que en Cuba existe todo un sistema de cobertura de huracanes que permite, gracias al arduo trabajo de los profesionales de la comunicación y otras entidades, alertar, informar, reflejar y tantos verbos sean posibles, acerca de la llegada, el paso y la recuperación tras el desastre que deja un huracán.

En un principio la prensa escrita y la radio acapararon la información meteorológica en total plenitud. La televisión se incorporó tarde, y no es hasta el paso del Huracán Flora en 1963 que se fortalece el sistema informativo y la cobertura de estos fenómenos. Desde entonces, periodistas se han arriesgado y se han personificado en los lugares de desastre, antes y después, y les tocó la tarea de reflejar en pantalla sobre todo en cuanto fue posible acerca de los ciclones tropicales: historias de vida, procesos de recuperación, todo.

Y en nuestros días no ha sido para menos. Fuertes huracanes han azotado diversas zonas del país y allí ha estado la prensa: Michelle, Iván, Wilma, Lily, Gustav, Ike, Paloma, Sandy e Irma… ya son todos unas celebridades en nuestras pantallas.

Nuestro sistema de televisión estuvo de lujo en todo su esplendor. No se convertía Matthew en huracán y ya estaba el doctor Rubiera anunciando el desarrollo de ese organismo. Y es que en Cuba tenemos un mano a mano con las autoridades y los medios de difusión. El Estado, la Defensa Civil, el Instituto de Meteorología, Salud Pública… todos se combinan en una amalgama perfecta para que no quede una pizca de información disponible para la teleaudiencia. Estar informados ha garantizado una reducción de las pérdidas materiales y humanas en muchos y elevados porcientos.

Ahora la televisión cubana y su sistema informativo gozan de un despliegue tecnológico admirable. La consecuencia principal de ello es que Matthew en 2016 e Irma en 2017 se han convertido en estrellas de las útimas temporadas ciclónicas, que por cierto finaliza en esta parte del mundo el 30 de noviembre. Al punto que sus actuaciones en pantalla llegó a sobresaturar. Hasta una revista especial, solamente dedicada a ellos, tuvieron.

Los no afectados por su paso estaban un poco cansados de su nombre. Irma, Irma, Irma… Pero ¿y los de Villa Clara, Ciego, La Habana? Solo había que mirar los numerosos reportajes, entrevistas y todos los géneros periodísticos presentados, para darse cuenta de la calamidad que vivieron sus habitantes. Muchas historias, estamos seguros, tocaron los corazones de aquellos que no sufrieron los embates del poderoso huracán los cuales, tal vez, en un momento cambiaron de canal para no abrumarse con tanta Irma, irma.

El sistema de coberturas, la revista especial del huracán ¡el rol de la televisión local! Todos desarrollaron un excelente trabajo y se les aplaude. Desde la profesionalidad y el carisma de los periodistas hasta el protagonismo de aquellos que se esforzaron para realizar un bueno trabajo.

Ya se quejaban los pobladores de Isla de la Juventud: "Cuando Gustav pasó por la Isla, no se armó tanto alboroto". Y es que los pineros sienten un poco de envidia. Desde el 2008 hasta el 2017 la prensa cubana y en especial la televisión han aumentado sus recursos humanos y técnicos paulatinamente, para bien. En el último año el SITVC renovó los sets de grabación, han pasado poco a poco a la televisión digital, han puesto en práctica experiencias de cobertura periodística tomadas, principalmente, de la cadena Telesur… su rutina productiva se vuelca cada vez más a la inmediatez, factor que la televisión estuvo perdiendo.

Podemos afirmar que la prensa cubana está preparada para enfrentar la temporada ciclónica que llegará en 2018. Solo esperamos que otro evento catastrófico no sea el motor que impulse a realizar un excelente trabajo.