El rescate financiero de Rusia permite respirar a Venezuela
El rol desempeñado por Rusia en el mapa geopolítico contemporáneo cada vez tiene más fuerza. Así lo demuestra la supuesta injerencia de este país en las pasadas elecciones estadounidenses, donde resultó ganador el candidato republicano Donald Trump, y también en el conflicto independentista catalán. Ahora también Rusia tiene una participación activa en el caso de Venezuela, al firmar un acuerdo intergubernamental para la reestructuración de 3.150 millones de dólares de su deuda con este país de Europa del Este.
La decisión rusa ofrece un gran respiro a la nación latinoamericana, que hoy atraviesa una crítica situación financiera, política y social, que no vislumbra un final feliz. El acuerdo entre Rusia y Venezuela permitirá entonces a esta última disponer de diez años para terminar de pagar el crédito estatal por valor de 4.000 millones de dólares que le concedió el gobierno ruso a finales de 2011. El pacto entre ambas naciones establece un nuevo calendario de pagos, de tal forma que estos sean mínimos durante los primeros seis años del plazo. El incumplimiento de los compromisos financieros de Caracas para con Moscú, le hace un hueco al presupuesto de Estado ruso de casi 77,5 millones de euros en el año en curso. Junto a China, Rusia es hoy uno de los principales acreedores de Venezuela.
Sin embargo, todo en aras de las buenas relaciones de amistad entre los dos países, según ha manifestado el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov. El funcionario aclaró, además, que Venezuela no ha pedido ninguna ayuda adicional, salvo la reestructuración del endeudamiento estatal, que por cierto, no es el único que mantiene con Rusia. Resulta que la compañía venezolana PDVSA posee una deuda de alrededor de 6000 millones de dólares con la petrolera estatal rusa Rosneft, en concepto de pago por adelantado de suministros de petróleo y otros productos del sector petrolero. Esta deuda de PDVSA no está incluida en la refinanciación.
Momentáneamente se produce un alivio de la asfixia financiera que vive Venezuela. Ahora, gracias a la reestructuración, el gobierno de Nicolás Maduro podrá “destinar los medios liberados al desarrollo de la economía del país, mejora la capacidad de pago del deudor y aumenta las posibilidades de que a todos los acreedores les sean devueltos los créditos concedidos”, afirma un comunicado emitido por el ministerio de Finanzas de Rusia.
Pero es esta una cuestión difícil porque el endeudamiento global de Venezuela asciende a los 150.000 millones de dólares. A criterio de Antón Tabakh, economista de la agencia de calificación RAEX, este acuerdo sólo permite ganar tiempo porque "la cuestión de la deuda venezolana no puede resolverse de ninguna manera". El tiempo, y el desarrollo de los acontecimientos en Venezuela, darán o no la razón al economista.
