Enviar por email

tu nombre: email destino: mensaje:
Nombre de Usuario: Email: Contraseña: Confirmar Contraseña:
Entra con
Confirmando registro ...

Edita tu perfil:

Usuario:
País: Población: Provincia:
Género: Cumpleaños:
Email: Web:
Como te describes:
Contraseña: Nueva contraseña: Repite contraseña:

domingo, 19 de noviembre de 2017

La inteligencia artificial se instala en las empresas del futuro

Por EvelynR

Lo que más diferencia a la IA del resto de los softwares de uso general es que capacita a las máquinas para responder de manera autónoma a señales del mundo exterior, un elemento que los programadores y diseñadores no pueden controlar o anticipar. De manera que la IA interactúa con una amplia gama de tecnologías emergentes, permitiéndole a las computadoras percibir, analizar y adaptarse a sus entornos, llevando a los robots al siguiente nivel. Estas potencialidades han llevado a que, según datos de Teradata, hasta un 80 por ciento de las empresas de todo el mundo estén invirtiendo en tecnología de IA, lo que equivale a 4 de 5 empresas. Aunque uno de cada tres altos ejecutivos piensa que sus compañías necesitarán una mayor inversión en IA durante los próximos 3 años. Entre las necesidades está la aparición de un nuevo cargo ejecutivo, el de Jefe de Inteligencia Artificial (Chief AI Officer, CAIO), para agilizar y coordinar la implantación de la IA.

La tecnología avanza a pasos agigantados a cada momento. Aquellas imágenes de robots capaces de hacer tareas a la semejanza de los humanos, que eran solo ideas hace unos años van haciéndose más tangibles paso a paso. Esas que pudiéramos llamar máquinas inteligentes pero que son mejor conocidas con el término de Inteligencia Artificial, son tecnologías que tienen la capacidad de ser conscientes de su entorno y aprenden de él, para luego tomar acciones autónomas, emulando capacidades del intelecto humano.

Estas habilidades tienen una amplia aplicación y beneficios en los procesos industriales, en los cuales han ido ganando terreno, mejorándolos y creando nuevas formas de trabajo, optimizando y haciendo más inteligente a una nueva generación de máquinas.

Entre las principales tecnologías que se incluye la IA están la automatización de procesos robóticos, el procesamiento del lenguaje natural y las redes neuronales y el aprendizaje automático.

Lo que más diferencia a la IA del resto de los softwares de uso general es que capacita a las máquinas para responder de manera autónoma a señales del mundo exterior, un elemento que los programadores y diseñadores no pueden controlar o anticipar. De manera que la IA interactúa con una amplia gama de tecnologías emergentes, permitiéndole a las computadoras percibir, analizar y adaptarse a sus entornos, llevando a los robots al siguiente nivel.

Estas potencialidades han llevado a que, según datos de Teradata, hasta un 80 por ciento de las empresas de todo el mundo estén invirtiendo en tecnología de IA, lo que equivale a 4 de 5 empresas. Aunque uno de cada tres altos ejecutivos piensa que sus compañías necesitarán una mayor inversión en IA durante los próximos 3 años. Entre las necesidades está la aparición de un nuevo cargo ejecutivo, el de Jefe de Inteligencia Artificial (Chief AI Officer, CAIO), para agilizar y coordinar la implantación de la IA.

Como señala Atif Kureishy, Vice President, Emerging Practices at ThinkBig en Teradata, las empresas actualmente ven la IA como una estrategia prioritaria que les ayudará a superar a la competencia en sus sectores, pero en aras de aprovechar todo el potencial de esa tecnología y conseguir el máximo retorno de la inversión, las compañías deberán renovar sus estrategias para que tenga un rol integrado.

El estudio revela que las empresas están aumentando de manera progresiva sus inversiones en esas tecnologías, teniendo la mayor preeminencia en IT (tecnología de la información y las comunicaciones) con un 59 por ciento, negocios y servicios profesionales con 43 por ciento y atención al cliente y servicios financieros con 32 por ciento.

Siguiendo con las cifras, el 80 por ciento de las empresas encuestadas por Teradata señala que de alguna manera la IA ya está funcionando en sus empresas. Pero el 42 por ciento señaló que aún queda bastante para terminar de implantarla. Además, señalaron que la media de inversión en Inteligencia Artificial es de 6.47 millones de dólares y de 8.25 millones de dólares de gasto medio para corporaciones en el área de Asía – Pacífico.

Casi todos los encuestados prevén obstáculos en la adopción y el retorno de la inversión (ROI), pues aunque hay una preparación para continuar las inversiones en este campo, relacionados fundamentalmente con los ahorros de costes y tiempo, pero existen impedimentos relacionados fundamentalmente con la falta de infraestructura de IT y de acceso al talento.

Como explica Enzo Taibi, socio a cargo de consultoría IT de PwC Argentina, la IA es entendida como un habilitador para que el resto de las tecnologías y máquinas tengan autonomía, algo que genera ciertos temores, relacionados fundamentalmente con la violación de la privacidad o la eliminación de puestos de trabajo. Pero añade que en realidad para las organizaciones es básicamente una herramienta que facilita la innovación y el perfeccionamiento de la productividad, creando lugares de trabajo más productivos.

Actualmente, en todo el mundo la IA se aplica a partir de tres aspectos: inteligencia asistida, inteligencia aumentada e inteligencia autónoma. La inteligencia asistida suele emplearse en líneas de ensamblaje automatizadas y otros usos de robots físicos; en la automatización de procesos robóticos y en funciones de back-office como facturación, finanzas o cumplimiento regulatorio. Así como en softwares orientados a recibir y procesar órdenes de clientes, para dar el asesoramiento que solo podían ofrecer humanos anteriormente.

Por su parte, la inteligencia aumentada permite a personas y organizaciones hacer cosas que, de otra forma, no podrían hacer. En ese sentido, por ejemplo está Netflix, que utiliza algoritmos de aprendizaje para proponer contenidos a sus usuarios en base a sus patrones de comportamiento y a los del público en general.

La tercera base de la IA es la inteligencia autónoma que está actualmente en desarrollo y permite a las máquinas trabajar de manera independiente. Sus aplicaciones más probables estarán en los automóviles autodirigidos y los programas de traducción completa de idiomas. Hasta el momento su aplicación más autónoma es la plataforma de mensajería y medios sociales WeChat, de Tencent.