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martes, 21 de noviembre de 2017

La sorpresiva cruzada del Valencia

Por Aliet Arzola

La máxima cantidad de victorias que ha logrado el Valencia en las dos últimas temporadas es 13. Lo consiguieron hace un par de años, aunque ese gasto fue muy pobre y terminaron en la duodécima posición, la misma que ocuparon la pasada campaña. Su desempeño en ese lapso fue terrible, por ello muy pocos pensaban que el conjunto ché sería el más fiero perseguidor del Barcelona en la presente contienda, por delante de Real Madrid, Atlético o Sevilla.

Cuando se han cumplido 12 jornadas de la competición doméstica, el Valencia ya acumula nueve victorias, ocho de ellas en fila, destrozando a rivales de consideración como el Athletic de Bilbao (3-2), la Real Sociedad (2-3), el Sevilla (4-0) o el Betis (3-6). Además, los dirigidos por Marcelino García Toral sacaron sendos empates contra merengues y colchoneros, ante los primeros en su feudo del Santiago Bernabéu. La clave para la consecución de estos resultados ha sido la solvencia del conjunto para resolver los pleitos, y también la confianza que poco a poco ha ido creciendo.

El Valencia, como ningún otro equipo, necesitaba tranquilidad, necesitaba una gestión sólida que estableciera un balance en todos los órdenes. Desde el 2012, por sus banquillos han pasado 12 entrenadores, y de ellos solo uno (Nuno Espírito Santo) duró más de un año en el puesto. Particularmente convulso fue el 2016, el cual arrancaron con Gary Neville y lo terminaron con Salvador González “Voro”, con breves períodos de dirección de Pako Ayestarán y el italiano Cesare Prandelli. Todo ese panorama parece haber cambiado con el aterrizaje en julio pasado de Marcelino, otrora estratega del Villarreal, once que por espacio de tres años gozó, precisamente, de estabilidad.

El técnico ha sido un puntal indiscutible y los frutos de su conducción se notan en el césped, donde ha entregado la batuta del equipo a Dani Parejo y Kondogbia, dos mediocampistas de calidad superlativa, aunque no entren en las listas de premios. El español es uno de los rostros representativos del Valencia, su visión y pase son esenciales para un equipo que depende de su toque e inspiración. Su talento ha sido una constante en las huestes del plantel che, pero no tenía un escudero que se encargara de controlar el tráfico en la medular. Ese rol ha recaído en Kondogbia, jugador de pierna fuerte, quite y disparo, cualidades que sustenta en poderoso físico.

Por supuesto, la creación de estos dos ha servido de respaldo a la línea delantera, en la cual Rodrigo y Simone Zaza han rendido por encima de las expectativas, con 16 goles entre los dos. Además, en cuestiones ofensivas se les han sumado Santi Mina y Gonçalo Guedes, el portugués cedido por el PSG, que en las últimas campañas ha sido campeón con el Benfica, también en calidad de cedido. Estos dos son jugadores eléctricos, que hacen menos previsible al Valencia y le brindan muchas opciones en el ataque, al igual que el canterano Carlos Soler, jugador inteligente con dotes de liderazgo.

A grandes rasgos, esas son las armas del plantel que dirige Marcelino, cuyo principal problema radica en la profundidad de una plantilla que no está equipada para rotar cuando afrontar un volumen alto de partidos. De momento, son segundos de La Liga y tendrán la oportunidad de ponerse a un punto del Barca cuando los reciban en Mestalla el próximo fin de semana. Ese choque, y el Everest de enero con la Copa del Rey, determinarán el alcance de este Valencia.