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sábado, 25 de noviembre de 2017

La triste realidad carioca

Por LauraB

La icónica Río de Janeiro no es lo que una vez fue. Una triste noticia para aquellos de espíritu aventurero. La inseguridad ciudadana y la violencia siguen causando graves problemas a la conocida mundialmente como Ciudad Maravilla. Los encuentros y choques armados entre los habitantes de la favelas -barrios de gente pobre- y los cuerpos de seguridad en su lucha particular contra el crimen están causando el efecto contrario: mucho más pánico. Así, el fenómeno ha ido esparciéndose como pólvora por otros estados del gigante sudamericano. Las autoridades, que por más señas, no tienen dinero para pagarle a las fuerzas del orden, han dicho que hay que extremar las medidas de seguridad.

Según los habitantes de esas zonas en Río de Janeiro, por ejemplo, es casi normal y hasta se ha vuelto cotidiano el despliegue de tropas por las calles como si fuera una guerra. Eso, unido a los tiroteos, hacen que los turistas no quieran ir a conocer lugares como el Pan de Azúcar, donde se encuentra el mítico Cristo de Río de Janeiro.

La crisis provocada por la inseguridad y la violencia es un viejo problema que enfrenta ese estado brasileño. Lamentablemente, las autoridades conocen del problema pero se han limitado a responder con más violencia y despliegue. Ello solo causa pavor entre los turistas que seleccionan el lugar por sus míticas playas y entre los propios habitantes. Estos han manifestado en varias ocasiones que están cansados de la desidia de las autoridades a la hora de enfrentar la situación.

Es permanente la crisis en el segundo estado más grande de Brasil, después de Sao Paulo. Está en quiebra hace menos de un año. Esto impulsa el aumento de víctimas por balas perdidas y encuentros entre la Policía Militar y las bandas de narcotraficantes. En el mítico Río de Janeiro se registran alrededor de 15 tiroteos por día.

Los cariocas dicen que el Batallón 41, responsable de velar por la seguridad en la populosa favela FazendaBotafogo es muchas veces más mortal que hasta los propios criminales. En los dos primeros meses de este año 2017, al menos 36 personas murieron durante acciones de policías pertenecientes a ese batallón, en comparación con seis durante ese mismo periodo el año pasado.

Ni las Unidades de Policía Pacificadoras, conocidas como UPPs, ni las políticas generadoras de más violencia implementadas por la gobernación han resuelto el viejo problema de la violencia. La llamada Ciudad Maravillosa va perdiendo su brillo y atractivo turístico. Algo lamentable porque este es uno de los lugares más lindos del mundo.