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miércoles, 1 de noviembre de 2017

Las banderas rojas se alzan en China

Por Jesús

El Partido Comunista de China (PCCh) dio por concluido su décimo noveno Congreso, cuyo centro se dedicó en el avance hacia la concreción de sus sueños de fundar una sociedad acomodada, aunque de forma modesta, así como también de transformar a ese país asiático en un estado socialista moderno. La clausura tuvo lugar el Gran Palacio del Pueblo de Beijing, que ha sido la sede de significativos acontecimientos políticos y culturales chinos desde su edificación, en 1959, y el cual exhibió sus mejores galas para acoger esta ceremonia, a la que acudieron más de dos mil trescientos delegados, y miles de reporteros de todo el mundo.

En el salón, que cuenta con una capacidad para diez mil personas, y ante una gran cantidad de banderas rojas, el líder del PCCh y mandatario de la nación, Xi Jinping, destacó que este Congreso ha sido un nuevo enfoque que orienta perdurar en las ideas de la filosofía del marxismo, además de solidificar el comunismo, y poner en la práctica los valores esenciales del sistema socialista. Para lograr esos proyectos –dijo–, se instituye que todos los ciudadanos chinos deberán disfrutar por igual del desarrollo y el bienestar, hacia el año 2021. Mientras, los medios de comunicación locales repasaron los principales acontecimientos que tuvieron lugar durante la cita, desde que esta fuera iniciada el pasado 18 de octubre. De manera especial, los medios enfatizaron en los aspectos más notables del discurso pronunciado por Xi Jinping durante la jornada de apertura del evento, en el cual, durante siete días, los delegados debatieron los distintos informes acerca de la gestión, los alcances y los desafíos del Partido en los últimos cinco años, además de centrarse en las enmiendas a los estatutos para incluir los nuevos conceptos de gobierno, pensamientos y estrategias, con el fin de convertir a ese Partido en una organización mucho más sólida.

La totalidad de las discusiones ocurridas desde el pasado miércoles pasado, partieron de las pautas que marcó el presidente en esa dirección. Así, el dirigente informó acerca de un nivel más alto de apertura hacia el resto del orbe, la prioridad que otorgarán a la calidad en este proceso de desarrollo, la revisión de la Carta Magna y reformas de las empresas que pertenecen al Estado con el fin de hacerlas más fuertes, mejores, grandes y con grandes niveles de competitividad a nivel internacional. Igualmente, apoyó la ampliación de la unidad en el mundo para luchar contra el cambio climático, y negó que su país tenga aspiraciones hegemónicas o intereses de perjudicar a otros países con su progreso económico. Sin embargo, unos de los tópicos más recalcados de su intervención fue el que hizo referencia al llamado Pensamiento sobre el socialismo con características chinas en una nueva era, el cual establecía aquellos sueños de igualdad y desarrollo a los que hacíamos referencia anteriormente, y que establece, además, la necesidad de modernizar la manera de gobernar, de actualizar las leyes, y de convertir al Ejército Popular de Liberación en unas fuerzas armadas de primer orden global. Este informe, en el ámbito de la diplomacia, propone estimular una nueva forma de relaciones internacionales, que favorezca la garantía de un futuro mejor para la especie humana, aunque, según Xi Jinping, para hacer realidad dichos propósitos se necesita de una lucha resuelta contra las contradicciones, y un alto compromiso en cuanto a los proyectos y las causas.

“Nuestro país se halla todavía en medio de un trascendental periodo de oportunidades estratégicas para su desarrollo. Las perspectivas son deslumbrantes, pero los desafíos son rigurosos. Por tanto, tenemos que seguir trabajando para robustecer la capacidad de dirección de este Partido, que pueda gobernar a través de la teoría, organizar al pueblo e inspirar a la sociedad”, expresó, al tiempo que hizo un llamado a laborar en pos de una victoria contundente sobre la corrupción, la cual consideró como la mayor amenaza para el Partido Comunista de China, aunque la campaña contra estos males, emprendida desde el año 2012, permitió condenar a más de un millón de militantes con cargos en la administración central y de menor rango por incidir en actos poco honestos. Igualmente, el mandatario se refirió a la batalla contra la miseria, la cual logró sacar a más de 60 millones de gentes de esa condición, y que el Gobierno tiene como fin eliminar en un periodo de tres años.