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sábado, 25 de noviembre de 2017

Las ciudades fuerzan a evolucionar

Por Jacky

La mano del hombre y el crecimiento y expansión desmedidos, siempre ansiando y necesitando más, indudablemente tiene una influencia en el entorno y las especies que nos rodean. Múltiples son los casos en los que las especies se han visto forzadas, por la llegada o acción de los humanos, a trasladarse a otro hábitat o a uno más pequeño, acostumbrarse a compartir espacios en ciudades con las personas o simplemente, las hemos llevado a la extinción. Ahora, en adición, los estudios indican que también estamos influyendo en su manera de evolucionar. Y es que científicos del Centro de Entornos Urbanos de la Universidad de Toronto, en Canadá, determinaron que el abrupto crecimiento de las ciudades podría estar afectando la evolución de las especies en aspectos como la velocidad de su desarrollo, los cambios físicos y genéticos que atraviesan.

En primer momento se piensa en la evolución como un proceso largo y complejo que involucra muchos años, generaciones de hecho, y que se da de manera gradual. Sin embargo, en lo relativo a nuestra influencia en algunas especies estos patrones están cambiando.

Y es que científicos del Centro de Entornos Urbanos de la Universidad de Toronto, en Canadá, determinaron que el abrupto crecimiento de las ciudades podría estar afectando la evolución de las especies en aspectos como la velocidad de su desarrollo, los cambios físicos y genéticos que atraviesan.

La revista Sciencepublicó los resultados de la investigación, la cual analizó todos los estudios existentes vinculados con los procesos evolutivos en entornos urbanos en los que se evidenciara un cambio en los genes de alguna especie. De esa manera, se quería comprobar qué especies se podrían haber adaptado a las ciudades e incluso depender de ellas. Así como qué poblaciones podrían quedar fragmentadas por nuestras construcciones, afectando su dispersión genética.

Estas interrogantes tenían como antecedentes varios estudios en los que se había probado que la construcción de ciudades incide en el incremento de temperaturas, cambios en el suelo y en el ciclo del agua, aumento de la polución y de especies invasoras. Estos factores ambientales tienen un importante papel en la evolución, por lo que partiendo de ellos, los científicos fueron uniendo los descubrimientos dispersos sobre el crecimiento citadino humano y su influencia en el resto de las especies.

Otro de los aspectos establecidos en el estudio es que, contrario a lo que se creía, la evolución que están generando las ciudades ya no es lenta, conclusión que determinaron pues los cambios que identificaron las investigaciones fueron observables en un periodo de tiempo corto, equivalente a sólo dos generaciones.

Como revela el texto de la publicación, las urbanizaciones han causado cambios a gran escala en numerosos seres vivos y en factores naturales, por lo que se convierten en un nuevo ecosistema sin ningún análogo natural.

Entre las categorías a partir de las cuales los científicos analizaron los cambios evolutivos que se han dado en las especies están las mutaciones, el flujo genético, las adaptaciones, entre otras.

En lo referido a las mutaciones, lo más común es que estas estén provocadas por la calidad del aire en las ciudades, y explican que la polución industrial del aire ha acrecentado la concentración de hidrocarburos carcinógenos, de ahí que la tasa de mutación de ADN sea repetitiva en aves y mamíferos.

El segundo indicador, el flujo genético es la capacidad que una tiene población de transferir sus genes a otra. Sin embargo, los investigadores descubrieron que este se ve obstruido para darse a causa de construcciones humanas como carreteras y edificios, pues al quedar las poblaciones separadas por los factores anteriores, dicho intercambio no se da. En ese sentido, un ejemplo reflejado en el estudio, es el de los ratones de patas blancas (Peromyscus leucopus) de Nueva York. Y es que en esta especie, debido a la rápida urbanización, se encontró que las diferencias genéticas entre poblaciones separadas por pocos kilómetros son más significativas que las diferencias entre masas de tierra aisladas prehistóricamente.

El tercer factor analizado fue la adaptación a las ciudades, algo que desde hace varios años se ha visto sucediendo paulatinamente en ciudades como Macao o en países como Brasil, en los que las urbanizaciones se han ido adentrando en los otrora frondosos bosques, dejando pocas opciones a la fauna de estos. Los científicos canadienses corroboraron que un pequeño pero prominente subconjunto de especies se ha adaptado hasta convertirse en especialista en ambientes humanos.

Sin embargo, tristemente muchas de estas especies bien acomodadas ahora a los entornos citadinos son consideradas como plagas, pues se encuentran ratas, cucarachas, palomas y chinches. Un ejemplo de la adaptación y particular evolución es el del metro de Londres, donde un tipo de mosquito ha evolucionado para vivir en este entorno y sin necesidad de alimentarse de sangre para reproducirse.