Las reformas de Macron sacan la gente a la calle
Las acciones populistas de última hora de Enmanuel Macron para apaciguar a las masas y cambiar su imagen de “presidente de los ricos”, no dieron resultados. Decenas de miles de franceses se echaron a las calles en varias ciudades del país para protestar contra las reformas económicas y laborales del joven mandatario.
Lideradas por sindicatos y organizaciones estudiantiles francesas, se organizó la cuarta jornada de protesta, a la que se sumarán además cerca de 170 manifestaciones en todo el país. Lyon, Burdeos, Estrasburgo y otras grandes urbes de Francia, fueron testigos de las masivas concentraciones en repudio a los recortes sociales del gobierno. Aunque sin dudas, el objetivo fundamental de las protestas es el proyecto de ley de la reforma laboral, que a comienzo del mes de diciembre se espera sea ratificado por el Parlamento.
“Macron y los patrones están librando una guerra social, planeemos el contraataque”, era una de los slogans del Partido de extrema izquierda Lucha Obrera, de París.
La Dirección General de la Aviación Civil, aunque no solicitó a las compañías que suprimieran ningún vuelo con carácter preventivo, si anticipó “algunas perturbaciones.” En el caso de los ferrocarriles, la compañía estatal SNCF únicamente contemplaba “ligeras perturbaciones” en los trenes regionales y en algunas líneas de larga distancia.
La reforma laboral ha sido una de las primeras “grandes obras” y prioridad del joven presidente centrista de 39 años, quien según ha dicho, aspira a "renovar el modelo social" francés y a frenar el desempleo en Francia. Sin embrago, para los representantes sindicales y fuerza obrera en general, las medidas deterioran las normas legislativas del empleo y de los convenios sectoriales. Además, facilitan los despidos masivos por motivos económicos; fija un techo y un suelo en las indemnizaciones por despido improcedente, cuando hasta ahora los jueces tenían libertad para establecer la cantidad límite, entre otros desfavorables.
Sin dudas, luego de los primeros seis meses de mandato, el carismático Macron ha demostrado la dureza de su garra, tanto así que cerca de cien miembros del partido La República en Marcha (LREM por sus siglas en francés) han planteado la posibilidad de abandonar la formación del presidente de Francia, por falta de democracia interna.
“(El partido) insulta los principios fundamentales de la democracia con estructuras propias de la época de los reyes absolutistas”, han reflejado en un comunicado los "100 demócratas", como se hace llamar el grupo.
Los pasos de Macron no se afincan muy bien, ni con su propio pueblo, ni de cara al mundo, a juzgar por lo desastroso de su visita al Medio Oriente. Respecto a los asuntos internos, por el momento el presidente no ha declarado nada en público, ni se ha pronunciado respecto a posibles cambios en los destino de la Reforma Laboral. ¿Qué esperar entonces?... la presión del pueblo francés quizás logre tener la última palabra.
