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sábado, 4 de noviembre de 2017

Los asesinatos de líderes sociales no tiene freno en Colombia

Por LauraB

Tras el anuncio del acuerdo de paz pensamos que Colombia estaría en un momento tranquilo. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Con la firma de la paz con la mayor guerrilla activa aumentaron los asesinatos de líderes sociales en la nación neogranadina. Muchos se preguntan por qué esta ola de violencia indiscriminada y por qué ahora cuando debía reinar un ambiente pacífico. La respuesta es sencilla: la base social de las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo son los campesinos y personas pobres de las comunidades alejadas de Colombia. Asesinar a los líderes sociales es aniquilar la fuente de los ex insurgentes.

Ante ello las FARC –ahora como partido político nombrado Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) acordaron trabajar juntos en la defensa de la paz. Una muy buena noticia para los desesperanzados y quienes ven el cese de hostilidades, el silencio de los fusiles y la violencia en Colombia como algo del futuro.

Reunidos en Ecuador como parte del ciclo de conversaciones que mantienen el ELN y el gobierno de Juan Manuel Santos, ellos resaltaron que ninguna dificultad les hará desfallecer en la conquista de la paz en Colombia. Eso sí, denunciaron la matanza contra líderes sociales en el país sudamericano e insistieron que, a pesar de las diferencias de ambos proceso de paz, el objetivo final es la búsqueda de la equidad, soberanía, la verdad y la democracia.

Estos expresaron esos deseos en un documento conocido como Declaración de Montecristi, por el nombre de la ciudad ecuatoriana donde lo firmaron.

Ante ello el gobierno del presidente Juan Manuel Santos aplaudió la iniciativa de ambas partes, tanto de la guerrilla como de la ex insurgencia. El jefe de la delegación gubernamental en los diálogos con el ELN, que se desarrollan en Quito, Juan Camilo Restrepo, dijo a medios colombianos que era sumamente conveniente la postura de las FARC y del ELN.

Pero no todo es color de rosa. Tanto la exguerrilla como el ELN expresaron su temor y rechazo ante el aumento de las muertes de líderes sociales, defensores y activistas de Derechos Humanos y hasta de ex miembros de las FARC. De hecho, manifestaron que era ejemplo de la persecución política de una clase política colombiana que no cree ni le apuesta a la paz. Sencillamente porque su negocio es la guerra. Muchos de estos asesinatos siguen en la impunidad, lamentaron las FARC y el ELN desde Quito, Ecuador.