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domingo, 26 de noviembre de 2017

Los medicamentos de ayer y de hoy

Por Miss GD

La farmacología es una de las ciencias que mayos auge ha alcanzado en las últimas décadas. El ser humano ha desarrollado una fuerte dependencia a un sinfín de medicamentos que utiliza como paliativos para numerosas dolencias que van desde casos severos hasta nimiedades. El modo de vida actual ha creado también una gran inclinación a consumir fármacos como antidepresivos y antiestrés para intentar lidiar con el complicado día a día de las sociedades modernas. Pero, lo cierto es que esta dependencia a los fármacos se puede catalogar como una enfermedad más del siglo XXI pues en la época antigua la medina era una necesidad y en algunos casos hasta un lujo.

Se tiene conocimiento que en el tercer milenio antes de Cristo se inicia el desenvolvimiento simultáneo de la farmacología en los territorios de la India, Mesopotamia, Egipto y China. Entre los fármacos que se utilizaron en aquella época destacaba el ruibarbo, el opio y la ephedrina sínica.

En el caso particular de la India, sus habitantes estuvieron muy influenciados por la filosofía védica, por lo que la botánica poseía una función prominente y se crearon con eses objetivo el SOMA y el KUSA. De acuerdo con la filosofía budista, los remedios eran en su mayoría dulces como el acónito, el jengibre y el lino.

En Mesopotamia también existen varios testimonios del uso y preparación de medicamentos que cuentan con más de cuatro mil años de antigüedad. De hecho en la impresionante cultura babilónica-asiria se encuentran los primeros indicios del uso de fármacos y además se conoce que fueron capaces de detectar la peligrosidad y dosificación de las sustancias que empleaban administrándoselas primeramente a esclavos.

Los habitantes de esa región utilizaban varios ungüentos a base de planta haoma para una bebida sagrada, la conocida belladona contra los espasmos e incluso excrementos humanos como curativos. Los sumerios llevaron a cabo las primeras operaciones farmacéuticas como la desecación, pulverización, molienda, prensado, filtración y decantación e incluso propusieron formas farmacéuticas como las pomadas, lociones, cataplasmas, enemas, infusiones, vinos y emplastos.

En Egipto los códices describen a la perfección la sintomatología y la prescripción para una enfermedad determinada, así como los principios activos de varias plantas, animales y minerales, los alimentos que los contienen y la formulación y preparación de medicamentos.

Además, establecían unas interesantes pautas de administración de los medicamentos, a saber de uso interno como las populares tisanas, decocciones, maceraciones, píldora y de uso externo como los cataplasmas, ungüentos, emplastos, colirios, pomadas e inhalaciones.

Las enfermedades más comunes de aquella época eran las oftálmicas, parasitarias y enfermedades de bajo vientre que se trataban en su mayoría con supositorios, enemas o laxantes. Las enfermedades respiratoras se trataban con inhalaciones y las enfermedades de la piel con ungüentos. Como herramientas de trabajo usaban principalmente molinos de mano, morteros, tamices fabricados con papiro, balanzas, y para la conservación de los productos recipientes de barro, vidrio, alabastro y serpentina, así como cajas de madera.

Por otra parte, en Grecia y Roma se inicia lo que se conoce como medicina racional con Alcmeón de Crotona hasta la medicina posterior con Galeno, identificado como el padre de las Ciencias Médicas. En este período se hace notar bastante la influencia religiosa ya que no existía la figura del farmacéutico como tal aunque aparece la farmacia Galénica.

Galeno es precisamente quien da las bases técnicas para la preparación de las principales formas farmacéuticas y da a conocer los primeros auxiliares de la medicina: Rizotomos, Farmacopolos, los picmentarios y los ungüentarios.

Se distinguen igual que en Egipto los fármacos de uso externo y los de uso interno y se descubre la “terra sigillata”, que permite crear las primeras pastillas preparadas con la base de una arcilla blanca, el bolus alba, y empastadas con sangre de cabra. Es también en la Antigua Grecia donde surgen reconocidos grupos de expertos en plantas medicinales como Dioscórides y el botánico Teofrasto.

Teofrasto es el llamado padre de la farmacología y es quien consolida definitivamente la separación de la farmacia y la medicina en el medio oriente, siendo luego los árabes los encargados de esta separación.