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miércoles, 8 de noviembre de 2017

Los niños del Congo se mueren de hambre

Por Yamy

David Beasly, el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos, PMA, de Naciones Unidas, ONU, ha denunciado hace muy poco que unos 250.000 niños en el Congo pudieran, literalmente, morir de hambre en la provincia de Kasai, esa zona seriamente afectada por la violencia que genera el conflicto bélico que ha marcado durante décadas al país africano. La región de Kasai, ubicada en el centro de República Democrática del Congo, está inmersa en una situación muy complicada para sus niños, quienes junto a sus familias enfrentan circunstancias extremas, y por lo cual muchos de sus pobladores han optado por huir a territorios vecinos. El contexto de emergencia pudiera empeorar en los próximos meses si a la población no les llega suficiente ayuda alimentaria.

Hace unos meses Marie-Pierre Poirier, directora regional del Fondo de la ONU para la Infancia, UNICEF, en la nación africana, había manifestado su preocupación sobre el riesgo de desnutrición aguda que podían padecer muy pronto los niños de Kasai, al tiempo que hizo un llamado para que el mundo conociera sobre la urgente situación de vida. Y ya ahora, el PMA ha advertido que el riesgo existe, y que puede ser inminente que se produzca una catástrofe humanitaria en esa zona del Congo, tras haber quedado devastada por el conflicto. La realidad actual es que unos tres millones de sus habitantes sufren inseguridad alimentaria severa porque la región sufre serias dificultades para alimentarse y recibir asistencia.

El representante del organismo internacional, David Beasly, ha expresado la necesidad que tiene la ONU de acceder a esos niños gravemente afectados, e hizo pública la solicitud de dinero urgente para las coordinaciones y los suministros que se requieren. También comentó que los tradicionales niveles altos de desnutrición que se registran en Kasai se han disparado después de haber estallado el conflicto étnico que se desató hace un año y que se ha caracterizado por una cruel oleada de violencia y asesinatos.

Este complejo escenario se extiende por toda la República Democrática del Congo, sin embargo, de los 7,7 millones de personas que sufren inseguridad alimentaria severa en ese país, el 40 por ciento vive en la región de Kasai, donde se han atacado hospitales, clínicas y escuelas, y, además, se han destruido cultivos y aldeas enteras.

En la actualidad, el PMA ha ampliado la ayuda humanitaria de urgencia que ofrece para la zona, con el objetivo de asistir a unas 500 000 personas. También se han destinado decenas de trabajadores, más 80 vehículos todoterreno adicionales para poder entregar alimentos en los lugares más apartados de la región. Asimismo la ONU está ampliando la tarea del Servicio Aéreo Humanitario de Naciones Unidas, encargado de enviar suministros a Kasai.

La complicada situación y crisis humanitaria de Kasai es tarea pendiente de las principales instituciones y organismos internacionales. Recientemente el director ejecutivo del PMA, David Beasly, ha anunciado el compromiso que ha adquirido el presidente de la República Democrática del Congo, Joseph Kabila, para satisfacer todas las peticiones del PMA. De acuerdo con el propio Beasley, el mandatario congolés le ofreció todas las garantías de que haría lo posible por darle solución. Beasley opina que el Congo se está desestabilizando y necesita la mayor atención porque de no hacerlo pudiera gran impacto no solo en ese país, sino en toda África, y ese es el último suceso que se necesita en la actual fase de fragilidad que vive en el mundo.

La operación de emergencia del PMA en la República Democrática del Congo fue presentada en el mes de agosto, y hasta el momento ha sido financiada a través de endeudamiento interno. Actualmente la comunidad internacional solo se ha encargado del 1 por ciento de la suma de 135 millones de dólares que inicialmente se habían estimado necesarios hasta mediados de 2018. David Beasley refiere que la situación es más alarmante de lo que se pueda explicar, y afirma que ha podido conocer a muchas mujeres y niños cuyas vidas se han visto reducidas a la lucha desesperada por la supervivencia, lo cual es inaceptable no solo porque el Congo sea una tierra tan rica en recursos, sino que va más allá, es desgarrador.

David Beasley ha reconocido que los países que son donantes se encuentran preocupados por la recepción limitada de las inversiones que hacen; también ha contado que algunos de esos países han llegado a amenazar con enviar sus fondos a estados donde puedan ver que tengan más impacto. Al respecto, el director ejecutivo del PMA ha asegurado que tienen en consideración la inquietud de los gobiernos donantes, pero ha afirmado que las mujeres y los niños inocentes no se pueden responsabilizar por los graves errores de los demás. El reconocido directivo ha subrayado que el deseo de todas las personas “valientes” que ha conocido en la República Democrática del Congo es la paz para poder cultivar su propia comida, así como reconstruir sus vidas y trabajar para un futuro mejor para sus hijos. Este es el mismo mensaje que David Beasley le transmitió al presidente del Congo y a su Gobierno, y, además, les pidió más acciones para solucionar la terrible actualidad del país africano.