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miércoles, 22 de noviembre de 2017

¿Por qué escuchamos nuestra canción favorita una y otra vez?

Por RaizaM.

Esta semana la ciencia se detuvo en explicar por qué le sigues dando play a la misma canción que llega a gustarte tanto. El motivo por el que nos gusta escuchar música y sentir el deseo irresistible de repetir canciones probablemente se deba a que afecta el sistema de recompensa de nuestros cerebros. Se trata nada más y nada menos de un sistema biológico que nos recompensa por hacer cosas vitales para sobrevivir, destacó en una entrevista Peter Vuust, profesor de la Royal Academy of Music en Aarhus, Dinamarca, y líder de lo que se conoce como Center for Music in the Brain (Centro para la Música en el cerebro).

“Es por eso que nos sentimos un poco “drogados" cuando ingerimos alimentos, y un poco más cuando tenemos sexo. Es, digamos, el método más efectivo en que la naturaleza y la biología se aseguran de que repitamos las cosas necesarias para sobrevivir. El especialista aseguró que la música sea, posiblemente, el producto artístico reutilizado por más tiempo. Además de que es la expresión artística con más repeticiones.

Peter Vuust también precisó que la música se posiciona en el cuerpo humano en los mecanismos de supervivencia, al igual que la cocaína. La diferencia radica en que los narcóticos afectan el cerebro en diferentes formas; cuando se consume cocaína, anfetaminas y ese tipo de drogas, el cerebro se inunda de dopamina, la misma sustancia que provoca que la piel se erice cuando escuches tu canción favorita. El aspecto positivo de la música es que no amenaza nuestro sentido de supervivencia.

Lo que sí afecta es el sistema de recompensa del cuerpo. “La manera en que lo hace cambia o varía de individuo a individuo; la música, en términos populares, "pone" más a unos que a otros. Hay gente que no siente nada con la música; se ha documentado que sus sistemas de placer no registran ninguna actividad”. Sin embargo, existen personas que se le eriza la piel cuando escucha su tipo de música favorito. La dopamina también regula esto.

Si escuchas algo muchas veces se deposita del otro lado del espectro, y dejamos de aprender algo nuevo. Nuestros sistemas biológicos son hipersensibles en este aspecto. Quizás dicho espectro es mucho más amplio que el de tus amigos y colegas, lo que significa que te toma más tiempo darte cuenta que ya no estás aprendiendo algo nuevo.

Los músicos son mucho más sensibles a los cambios de sonido por minuto que las demás personas. También cabe la posibilidad de que eres bueno obteniendo mucha información de la música.

La música se ha usado como tortura. Por ejemplo, en la base Naval de Guantánamo, que tiene el gobierno norteamericano en territorio cubano, reproducen una secuencia interminable de heavy metal a los prisioneros, lo cual es realmente incómodo desde el punto de vista cultural y biológico.

Personalmente, no creo que haya buena o mala música, todo parece estar de acuerdo a la perspectiva con que se escuche.