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jueves, 9 de noviembre de 2017

Por qué las bacterias hacen frente a los antibióticos

Por Elizabeth Almeida

Hoy cuando la prevención de las enfermedades representa un caso de extrema importancia para la medicina y la ciencia en general y es una de las primeras necesidades en una sociedad en la que se descuida muchas veces la salud y proliferan todo tipo de padecimientos, se hace necesario un arduo estudio de las infecciones para combatirlas cada vez con mayor precisión. Pero la ciencia sigue su avance en el campo de la medicina y los expertos intentan hallar una manera de eliminar de una vez y por todas esos padecimientos que afectan desde épocas remotas a la mayoría de las personas. La tecnología y la robótica han avanzado tanto en la actualidad, que ya se utilizan para convertir y desarrollar las curaciones y ahora se están realizando operaciones nunca concebidas que han logrado devolverle la vida y la plena existencia a numerosos pacientes que ya habían pensado que no podrían curarse nunca.

Hoy día sucede un hecho muy conocido por todos, y es que las bacterias se vuelven cada vez más resistentes a la mayoría de antibióticos y sobre todo, a los que se suelen recetar se clasifican en categorías como penicilina, cefalosporinas y carbapenémicos, que también se conocen como β-lactamas; dos equipos de investigadores descubrieron que es posible y además, factible, revertir el mecanismo que inhibe la resistencia de esta clase de antibióticos, un gran avance para la medicina moderna, que necesita encontrar día a día, antibióticos más potentes contra bacterias cada vez más cambiantes en este mundo actual.

El primer equipo, que incluye investigadores y científicos de la Universidad de Bristol, y quienes han publicado su estudio en el Journal of Antimicrobial Chemotherapy, lograron identificar dos mecanismos detrás de la resistencia bacteriana a los antibióticos del conjunto β-lactámicos. Uno de ellos fue al restringir la entrada de antibióticos en las células, y el otro tiene com protagonista a una enzima llamada β-lactamasa que destruye cualquier tipo de antibiótico dentro de una célula.

El segundo equipo, por otro lado, está compuesto por químicos de la Universidad de Oxford y de la Universidad de Leeds, que han trabajado conjuntamente con los investigadores de Bristol, en la ardua búsqueda para encontrar una manera de inhibir esos mecanismos celulares, disminuyendo significativamente la resistencia a los antibióticos. Su trabajo conjunto, condujo al descubrimiento a un potencial inhibidor de β-lactamasa.

En un artículo publicado por estos días en la revista Molecular Microbiology, los investigadores de ambos equipos lograron descubrir que la resistencia a los antibióticos pudiera revertirse de manera efectiva al utilizar una combinación de un inhibidor enzimático llamado avibactam y un antibiótico β-lactámico llamado aztreonam. Por suspuesto, aún se necesitan otrs estudios que demuestren la efectividad de estos métodos ahora encontrados pero ya esto constituye un paso de avance para solucionar una d elas mayores preocupaciones actuales de la mayoría de los gobiernos a nivel mundial. La salud ante todo.

Por ello sabemos que la resistencia a los antibióticos es un problema muy importante; tanto, que las Naciones Unidas incluso lo han declarado de primordial importancia y buscan soluciones en miles de esferas de desarrollo social. Por ello algunos estudios se han centrado en el desarrollo de nuevos medicamentos más fuertes y potentes, pero se teme que estos esfuerzos no podrían igualar el rápido crecimiento de la resistencia a los antibióticos que han demostrado ya algunas bacterias, lo que conlleva a la aparición de numerosas enfermedades qe no dan timpo a encontrar tratamientos adecuados.

Otro estudio demostró recientemente el potencial del uso de la nanotecnología fundamentalmente para combatir las bacterias; otros, como el equipo de Oxford, Bristol y Leeds, se centran en mejorar nuestra comprensión de la naturaleza evolutiva de estas bacterias e intentar neutralizarla, un enfoque que está demostrando hasta ahora, ser fructífero.