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jueves, 23 de noviembre de 2017

¿Qué sabemos de la homoparentalidad?

Por thais

En las últimas décadas, la familia, como institución social, ha sufrido o ''gozado'', de numerosas transformaciones, tanto en sus formas como en sus contenidos y conceptos. El aumento de familias monoparentales (el hijo(a) y el padre o la madre), así como las extendidas (el hijo(a), los padres y otros familiares, como los abuelos, tios, etc.) y la aparición de la familia homoparental, son algunos de estos cambios. Precisamente en este artículo se pretende un acercamiento a este nuevo modelo familiar, con el objetivo de comprender su realidad actual, así como los retos que deben enfrentar y su proyección en la sociedad futura.

Las familias homoparentales son aquellas que se encuentran conformadas por parejas del mismo sexo que tiene niños o niñas bajo su cuidado, que pueden ser fruto de relaciones heterosexuales anteriores de alguno de los miembros de la pareja o producto de una adopción o maternidad subrogada. Las opciones o vías para ser padres o madres que presentan esta parejas son variadas, sin embargo la mayoría de estas familias se conformaron debido a la primera opción mencionada (fruto de relaciones heterosexuales anteriores). Esta también es la razón por la cual, estadísticamente el numero de familias homoparentales femeninas (madres lesbianas) es muchísimo más amplio que el de las familias homoparentales masculinas (padres gay), debido a que, cuando se produce un divorcio en una pareja heterosexual con hijos y en consecuencia, también un cambio de custodia, las favorecidas suelen ser las madres, en este caso.

Con independencia del país al que estemos haciendo referencia por diversas razones, principalmente biológicas, los jueces suelen otorgar la custodia a las madres, privando a los hombres de la posibilidad de compartir diariamente o sistemáticamente con sus hijos.

Ambos tipos de familias son igualmente discriminadas en la sociedad actual, con ciertas diferencias entre un contexto u otro, debido, en gran parte, a una evolución en las legislaciones de 16 países actualemente, como Holanda, Uruguay, Argentina, Brasil, Bélgica y España, entre otros. Aunque la trasformación legislativa no implica un cambio de mentalidad en cuanto a las valoraciones u opiniones que puede presentar el imaginario social, que sigue siendo tradicional y patriarcal.

Es precisamente por esta razón que dentro del grupo de familias homoparentales, las femeninas suelen ser más discriminadas que las familias masculinas, ya que los patrones sociales, a parte de ser heteronormativos (regidos bajo la norma heterosexual), son también patriarcales, mediante la cual las prácticas sexuales entre mujeres son mayormente discriminadas. Esto no quiere decir que las parejas gays se encuentra eximidas de discriminación, ya que los patrones o las normas patriarcales también estigmatizan, aislan a los hombres que no se identifican con los parámetros de la masculinidad, identificados como aquel hombre rudo, fuerte, proveedor por naturaleza y por supuesto heterosexual. Por lo que ambos tipos de familia se encuentra altamente estigmatizadas debidos al mismo sistema o estructura social, que reproduce los mismos esquemas de discriminación generación tras generación.

No obstante a este panorama, investigaciones demuestran que estas familias han demostrado una capacidad de resiliencia admirable (capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas) lo cual las ha posicionado, en el entramado familiar, como un modelo viable y alternativo para la crianza de hijos (as) completamente sanos física, emocional y psicológicamente, sin diferencias significativas con otros de hijos de familias heterosexuales tradicionales, salvo una mayor tolerancia y aceptación a la diversidad.

Esto es precisamente lo que debemos fomentar para la sociedad actual, en la que coexisten numerosas formas de pensamiento, personalidades. La diversidad se refleja en el sistema familiar y esto no debería ser motivo de conflicto o confrontación entre los diferentes grupos sociales sino un paso de avance en el enriquecimiento humano por y para el bienestar de los diferentes grupos.

Pero para ello es necesario una transformación de la psicología social, donde es muy importante la ayuda de los científicos sociales en su quehacer investigativo y claramente también un cambio radical en los Códigos de Familia de los países les queda esta asignatura pendiente y que aún no se han subido al tren de la tolerancia a la diversidad y la adecuada educación en los temas de género y sexualidad, aprobando el matrimonio igualitario así como la adopción a parejas del mismo sexo, para incluir de esta forma a todos los ciudadanos.