Una aplicación que controla la actividad física
Una aglomeración de vehículos eléctricos Tesla, ciclistas que conducen con una mano mientras llevan sus MacBooks de un sitio a otro y Apple Watches en las muñecas de todo el mundo capturando datos biométricos... se trata del escenario soñado de los geeks y los amantes de la innovación. Ubicado en una calle secundaria en Cupertino a unos cuantos kilómetros de la nueva sede de Apple– el edificio de una sola planta al que entran todos estos trabajadores de la compañía luce como cualquier otra construcción urbana. Una vez dentro, tras pasar por una revisión de seguridad y una sólida puerta blanca, me encontré con un exclusivo laboratorio de ejercicios, al cual no se accede sin invitación.
Alrededor de 40 empleados se encuentran sudando sobre distintos artefactos remadoras, bandas para correr, máquinas de poleas –, mientras 13 fisiólogos del ejercicio, además de 29 enfermeras y médicos, monitorean datos. Muchos de los participantes se encuentran conectados a un electrocardiógrafo y portan una máscara de 40 mil dólares que analiza su quema de calorías, consumo de oxígeno y VO2 máx. Hay un estudio para actividades de fitness en grupo, una alberca sin fin y tres cámaras en las que puede ajustarse la temperatura para replicar las condiciones del ártico (por debajo del punto de congelamiento) o el desierto del Sahara (más de 37 ºC). En Apple, cada habitación tiene un nombre, y estas cámaras con clima controlado se llaman “Más alto”, Más rápido” y “Más fuerte”.
Las etiquetas resultan apropiadas ya que la compañía que transformó la manera en que disfrutas la música y el video tiene la mira puesta en un reto más ambicioso: nuevas formas de optimizar tu salud. En el laboratorio se han recopilado más datos sobre la actividad y el ejercicio que cualquier otro estudio de rendimiento humano en la historia”, dice Jay Blahnik, el director de fitness para tecnologías de la salud en una entrevista. “A lo largo de los últimos cinco años, hemos realizado 33 mil sesiones con más de 66 mil horas de datos, empleando a más de 10 mil participantes distintos”. Una prueba clínica promedio utiliza menos de cien participantes.
Toda esta sudorosa información, proveniente desde nadadores hasta yogis, es analizada por expertos que trabajan en un laboratorio doblemente secreto (a ese no nos invitaron) para actualizar constantemente los algoritmos del Apple Watch. El equipo quiere que la retroalimentación sea muy precisa para tantas actividades distintas como sea posible. La actualización watchOS 4, por ejemplo, incluirá entrenamiento de intervalos de alta intensidad.
También hay una nueva plataforma tecnológica: el reloj se enlazará con los aparatos de cardio –incluyendo Life Fitness y Technogym– para conseguir la primera conexión de dos vías en tiempo real. Puedes monitorear tu entrenamiento de forma más precisa sin problemas. Incluso si nunca usas un Apple Watch, hay mucho que puedes aprender de las investigaciones de la compañía.
Por supuesto, el camino hacia la mejora personal a través del autoconocimiento no es nada nuevo. En los tiempos de Aristóteles, eso significaba acariciar tu barba e interrogarte a ti mismo sobre tus creencias. Ahora consiste en voltear a ver tu muñeca y monitorear el número de pasos que das, las calorías que quemas, tu ritmo cardiaco o tu nivel de glucosa. Jonathan Fader, Ph.D., un psicólogo para SportsStrata, cree que esta nueva tecnología es tan importante como la invención del fuego. “La tecnología inteligente y conectada es inmensamente poderosa”, explica. “Investigaciones firmes defienden la noción de que si monitoreas una actividad puedes mejorarla aún más.
Pero se trata de una oportunidad que posiblemente también sea autodestructiva”. Pero los aparatos como el Apple Watch son sólo accesorios, podrías argumentar. En efecto, investigaciones de la Universidad de Pensilvania demuestran que los aparatos en sí mismos no tienen un gran impacto en los niveles de actividad de las personas. “Aunque aquí está la cuestión”, dice Damon Centola, Ph.D., un profesor de sociología de la institución: “encontramos que cuando esos dispositivos son usados para crear incentivos sociales fuertes, se presenta un incremento en los niveles de actividad. Pero sin el componente social, los dispositivos por sí mismos sin importar qué tan lindos sean– podrían no ser muy efectivos para modificar el comportamiento”.
Cantola va aún más lejos y asegura que tus amigos reales son aún menos cruciales para tu motivación que una red virtual:“Las redes sociales no resultan tan motivantes como la comunidad virtual de personas con los mismos intereses. Puedes obtener una gran motivación al estar conectado con otros que compartan tus metas en el terreno del fitness y la salud”. Como perder peso, por ejemplo. De acuerdo con Shantanu Gaur, M.D., un experto en obesidad y cofundador de Allurion Technologies, no hay un método mágico, se necesita un cambio en tu estilo de vida y eso, a su vez, requiere de una estructura de apoyo. “Puede ser una persona –un miembro de tu familia que pierda peso contigo, un nutriólogo o tal vez algo digital.
Algunas apps nuevas van más allá del monitoreo”, dice. “Le recuerdan al usuario que se concentre en el ejercicio y la dieta, además están empezando a usar la inteligencia artificial para desarrollar un nexo más estrecho entre el usuario y la aplicación. Muy pronto, las personas podrán ver a su app digital como un compañero real, y no sólo como un agente que recopila información”. Probablemente conoces las mejores prácticas en torno a la salud, nutrición y fitness, y sabes que se requiere un gran esfuerzo.
