Enviar por email

tu nombre: email destino: mensaje:
Nombre de Usuario: Email: Contraseña: Confirmar Contraseña:
Entra con
Confirmando registro ...

Edita tu perfil:

Usuario:
País: Población: Provincia:
Género: Cumpleaños:
Email: Web:
Como te describes:
Contraseña: Nueva contraseña: Repite contraseña:

sábado, 4 de noviembre de 2017

Una enfermedad significativa para la mujer

Por Janet

A nivel mundial, el cáncer de mama es el más común entre las mujeres, por ello, la revisión constante además de un cuidado integral sigue siendo la clave para combatirlo. Se trata de un tumor maligno originado en las células mamarias, un grupo de células cancerosas que pueden crecer hasta invadir los tejidos circundantes e incluso propagarse a distintas áreas del cuerpo. Este tipo de cáncer puede originarse en diferentes partes del seno, existen dos tipos principales, el primero llamado ductal, comienza en los conductos que llevan la leche hacia el pezón y por otra parte el lobulillar, que tiene su origen en las glándulas que producen leche. Un pequeño grupo de cánceres comienza en otros tejidos del seno, lo que los hace menos comunes, a estos se les denominan sarcomas y linfomas.

Hablando de cánceres de mama poco comunes, el Instituto del Cáncer y Genómica de Birmingham destaca el cáncer inflamatorio de mama, una enfermedad que representa menos del 3% del total de los casos. De acuerdo con la comunidad científica, a diferencia del resto de los carcinomas de seno, el inflamatorio avanza de forma rápida y agresiva. De acuerdo con el jefe de Oncología del Hospital del Mar de Barcelona, España, “en la mayoría de los casos, no se palpa un bulto en la mama, sino que solo hay este aspecto inflamatorio que afecta al menos a una tercera parte de su volumen”. Esto ocurre porque las células cancerosas bloquean los vasos linfáticos que hay en la piel, esto provoca una hinchazón de la zona, lo cual se convierte en el principal síntoma para detectarlo, además de enorojecimiento, temperatura elevada, dolor y piel de naranja.

En este sentido, es importante comprender que la mayoría de las protuberancias no son cancerosas y muchas veces resultan benignas, este tipo de tumores son crecimientos anormales, pero no se propagan fuera de los senos, lo cual los hace no peligrosos. Sin embargo, esto no significa que no se les deba prestar atención, ya que aumentan el riesgo de padecer cáncer de mama, así que cualquier masa o cambio en el seno debe ser examinado.

El mayor peligro del cáncer en general es la propagación, en cuanto al de seno, ocurre cuando las células cancerosas alcanzan la sangre o el sistema linfático y llegan a otras partes del cuerpo. El sistema linfático es una red de vasos en todo el cuerpo, estos transportan líquido linfático y se conectan con los ganglios linfáticos, son como pequeñas venas, excepto que transportan un líquido claro llamado linfa fuera del seno. Las células del cáncer de seno pueden ingresar en ellos y comenzar a crecer en los ganglios ubicados debajo del brazo (axilares), alrededor de la clavícula (infraclaviculares y supraclaviculares) y aquellos que se encuentran en el interior del tórax y cerca del esternón (mamarios internos).

Cuando las células cancerosas se desplazan por el sistema linfático y se propagan, se denomina metástasis; esta aumenta la probabilidad de encontrar cáncer en otros órganos del cuerpo, lo cual hace aún más importante el hecho de una detección oportuna.

Tú puedes hacer la diferencia en la lucha contra esta enfermedad, solo debes transformar algunos de tus hábitos. Aquí te presentamos los que sin duda te ayudarán a llevar un cuidado más integral y disminuir el riesgo de recibir un diagnostico positivo. 1. Alimentación balanceada, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) recomienda aumentar el consumo de fibra, brócoli, acelgas, espinacas, setas, uvas y papaya. También es necesario reducir la ingesta de azúcares y grasas.

Activación física, esto además de tener grandes beneficios para tu salud en general, te ayudará a controlar tu peso, lo cual se ha convertido en una medida necesaria para prevenir la presencia de este tipo de cáncer. Los departamentos de salud, como el IMSS, recomiendan al menos 150 minutos por semana de una actividad moderada o 75 minutos si practicas una actividad más intensa; por ello debes procurar destinar mínimo 30 minutos de tu día para moverte. Reduce y elimina, es importante moderar o evitar completamente tu consumo de alcohol y tabaco; varios estudios han relacionado a esta segunda sustancia con diversos tipos de cáncer, además de que el no fumar contribuye en gran medida a evitar problemas de salud en general. Control, estar bajo un tratamiento que incluya hormonas por más de tres o cinco años se convierte en un factor de riesgo, por ello se recomienda que para las mujeres que requieran seguir una terapia de este tipo, en especial para controlar los síntomas de la menopausia, consulten siempre a su médico y procuren no usarlo por mucho tiempo. Monitoreo, es vital realizar una autoexploración mamaria mensual a partir de los 20 años; de hecho, la Fundación del Cáncer de Mama A.C. recomienda hacerlo 10 días después de haber iniciado la menstruación. Por supuesto, es obligatorio visitar constantemente a tu médico para una revisión periódica y a partir de los 34 o 40 años, realizarte una mastografía anual.