Una estatua para una gata cosmonauta
La gata que viajó al espacio tendrá su propia estatua en París, capital de Francia. Félicette, es el nombre de la felina que ha sido la primera y única de su raza en viajar al espacio. El 18 de octubre de 1963 fue lanzada sobre un cohete Véronique AG1 y el legado fue eclipsado por los viajes de otros animalitos en los sesentas. El monumento conmemorativo para Félicette estará situado en la ciudad capital de Francia gracias a una recaudación de más de 57 mil dólares donados por los admiradores del animal.
Según información oficial, el cohete se elevó hasta seis veces la velocidad del sonido y expuso a la pequeña gata a una fuerza física inusual. Cuentan los medios que unos quince minutos más tarde regresó al planeta y que bajó en un paracaídas en una pequeña cápsula espacial. Obviamente, el prematuro viaje del animal fue opacado por muchos perros, monos y chimpancés que volaron al espacio en los sesentas. Sin embargo, una estatua de bronce la mantendrá viva en el imaginario de Francia y la comunidad científica internacional.
En el momento que Félicette voló al espacio, Francia establecía la tercera agencia espacial civil del mundo, detrás de los Estados Unidos y la Unión Soviética.
Otros animalitos también han tenido protagonismo. Ya recuerdan a la perra Laika. La pionera, fue una mosca de la fruta, estrella de los laboratorios científicos, que viajó rumbo al espacio exterior a bordo de un V-2 en 1946 con la única compañía de unas semillas de maíz. En 1949, comenzó la saga de los monos. Albert II fue el primero de ellos. Los rumores afirman que pudo haber un primer Albert. Luego vendrían otros insectos, embriones de pollo, cucarachas y gallipatos los cuales han llenado los cohetes y los vuelos tripulados de investigadores. Le mencionamos para su conocimiento otros animales astronautas: el famoso ratón espacial, 1950; los perros de 1951 y la ardilla Gordo en 1958.
